DUBÁI, Emiratos Árabes Unidos (AP) — Hace un año, justo tras su victoria electoral, el presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, era la estrella de las conversaciones climáticas anuales de la ONU.
Lula prometió tomar medidas
severas contra la deforestación y convertir a Brasil en un líder
medioambiental, un giro radical después de que el presidente Jair Bolsonaro
relajara las regulaciones y motivara la apropiación de tierras en el Amazonas.
“¡Lula,
Lula, Lula!”, gritaron muchos espectadores durante las varias participaciones
de Lula en la COP27 en Egipto.
Cómo
cambian las cosas en un año.
Justo
cuando Lula se dirigía a líderes mundiales en la COP28 en Dubai, se anunció que
Brasil se uniría a la OPEP+, un grupo de grandes exportadores petroleros, entre
ellos Rusia. En un evento durante la conferencia, Lula intentó explicar la
decisión al decir que, una vez al interior, la nación sudamericana presionaría
para que otros países productores de petróleo hicieran la transición a la
energía verde. Era una explicación curiosa dado que la empresa petrolera
estatal Petrobras se enfoca en hacer más exploraciones petroleras. Lula después
aclaró que Brasil sería un observador en la OPEP, no un miembro pleno.
En
su discurso a líderes mundiales, Lula imploró a los delegados a ir más allá de
las “palabras elocuentes, pero vacías”. En una subsiguiente sesión con la
ministra de Medio Ambiente Marina Silva, a Lula se le llenaron los ojos de
lágrimas cuando habló de la necesidad de proteger los bosques.
En
lugar de cánticos aduladores, Brasil recibió el premio Fósil del Día por parte
de la Red Internacional de Acción por el Clima, un antipremio otorgado a los
países cuyas medidas apoyan los combustibles fósiles, la principal causa del
cambio climático.
Natalie
Unterstell, presidenta de Talanoa, un centro de investigación brasileño que se
enfoca en el clima dijo que la estrategia de Lula para el medio ambiente se
centra en disminuir la deforestación, la principal fuente de emisiones de
carbono de Brasil, que su gobierno ha logrado reducir a la mitad desde que
ocupó el mando en enero. Esa estrategia le funcionó bien durante sus primeros
periodos, entre 2003 y 2010, pero ya no es suficiente, comentó.
“Lula
no puede ser un líder climático sin una política real de transición
energética”, señaló. “Es hora de que actualice su software de programación”.
Desde
hace mucho tiempo Lula tiene una relación complicada con el petróleo. Cuando se
descubrieron enormes reservas en las costas brasileñas en 2006, Lula dijo:
“Este descubrimiento… demuestra que Dios es brasileño”. De hecho, conforme
Brasil se convirtió en un principal productor petrolero a lo largo de la
siguiente década, los ingresos ayudaron a Lula y después a su sucesora, la
presidenta Dilma Rousseff, a financiar importantes programas sociales que
sacaron a decenas de millones de personas de la pobreza.
Tomado
de: https://www.msn.com/es-co/noticias/mundo/critican-a-brasile%C3%B1o-lula-en-cop28-por-planes-petroleros-tras-giro-radical-en-su-postura/ar-AA1lfRJl?ocid=msedgntp&cvid=524105ed62a9494a996c45a9c2b45a9c&ei=36
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