La melodía que escuchamos en las ceremonias militares para conmemorar y rendir homenaje a los muertos por la Patria se remonta a la Guerra de Secesión de los Estados Unidos.
¿Quién no se ha estremecido
con esa melodía que conmemora a los muertos por la Patria? El toque de
silencio, ese himno solemne que invoca a los héroes para rendirles el mayor de
los respetos, tiene una historia detrás que pocos conocen, y que tiene su
origen en la Guerra Civil de los Estados Unidos -también llamada Guerra de
Secesión- entre 1861 y 1865.
La historia relata que durante
la guerra entre los Ejércitos Confederados y de la Unión, en Estados Unidos, el
Capitán del Ejército de la Unión Robert Elly, quien estaba a cargo de sus
hombres, cerca de la localidad de Harrison’s Landing, en Virginia, escuchó los
quejidos de un soldado que estaba mal herido en el campo de batalla. Ante total
desconocimiento del bando del hombre en agonía, decidió arriesgarse y llevarlo
hacia un lugar en donde pudiera recibir atención médica.
Mientras arrastraba al
muchacho, quien sufría heridas graves, el Capitán evadió los disparos que lo
amenazaban y lo acercó hacia su campamento, en donde descubrió que en realidad,
se trataba de un soldado confederado. De todas maneras, el hombre había muerto
y cuando el Capitán encendió una lámpara y pudo apreciar con nitidez el rostro
del fallecido, quedó atónito. En la penumbra, pudo contemplar que se trataba de
su propio hijo, quien estaba estudiando música en el Sur cuando estalló la
guerra y sin mencionárselo a su padre, se había enlistado en el Ejército
Confederado.
Al día siguiente, compungido y
destrozado por la muerte de su primogénito, el Capitán pidió permiso a sus
superiores para dar a su hijo un entierro con honores militares, a pesar de
pertenecer al bando enemigo. Su pedido fue parcialmente aprobado. Elly solicitó
la presencia de algunos miembros de la banda de música, para que tocaran
durante el funeral. La solicitud fue denegada en virtud de que el soldado
muerto pertenecía al Ejército del bando enemigo. Pero, por respeto a su padre,
le dijeron que sólo podía contar con un músico.
El Capitán eligió a un
cornetero, para que tocara una serie de notas musicales que encontró en el
bolsillo del uniforme de su hijo muerto. Y así nació esa melodía que llega al
corazón de quien la escucha, trayendo lágrimas a los ojos y un nudo a la
garganta, pero que se envuelve de grandeza y honor. Es la melodía que hoy
conocemos como “Toque de Silencio” o en inglés, “Taps”.
Y dice así:
El día ha terminado.
Se fue el sol de los lagos,
las colinas, de los cielos.
Todo está bien.
Descansa protegido, Dios está
cerca.
La luz tenue oscurece la
vista, y la estrella embellece el cielo.
Brillando luminosa desde el
cielo, acercándose cae la noche.
Agradecimientos y alabanzas
para nuestros días debajo del sol,
de las estrellas, debajo del
cielo.
Así vamos, esto sabemos, Dios
está cerca.
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