Aunque el cese al fuego
bilateral decretado por el presidente Gustavo Petro el pasado 31 de diciembre
está en marcha, poco o nada se ha sabido sobre lo que piensan realmente las
Fuerzas Armadas frente a esta decisión del Gobierno. Si bien la cúpula militar
y sus filas acataron la orden presidencial, internamente hay preocupaciones,
críticas, reservas y objeciones. A tal punto que, en su calidad de “asesores
del conductor político”, han fijado límites de cara al fin de los operativos.
SEMANA conoció detalles hasta
ahora desconocidos de las discusiones secretas entre los altos mandos y algunas
tensiones que se han generado tras el cese al fuego. En los pasillos del
Ministerio de Defensa se comenta que, cuando estaba a punto de concluir el año,
e incluso mientras reemplazaba temporalmente en su descanso al ministro Iván
Velásquez, entre el 26 y el 30 de diciembre, el Gobierno le pidió al general
Helder Giraldo, comandante de las Fuerzas Militares, que firmara los decretos
del cese al fuego bilateral. Sin embargo, el alto oficial, argumentando
inconvenientes jurídicos y de honor militar, habría rechazado esa posibilidad.
“No podía ser juez y parte”, explicó una fuente del comando general.
SEMANA contactó a Giraldo. “Es
una información errónea, mi encargo como ministro terminó el 31 de diciembre,
por tal razón no me correspondía firmarlos dijo.
El ministro de Defensa y el
presidente recibieron recomendaciones de la cúpula militar para que el proceso
salga bien. - Foto: GUILLERMO TORRES REINA- semana
No obstante, varias fuentes de
entera credibilidad le insistieron a este medio que esa información es real y
que incluso Giraldo la comentó en privado con algunas de ellas. Su decisión de
no hacer público este hecho buscaría evitar un choque con el ministro Velásquez
y la Casa de Nariño, ya que la relación es respetuosa y fluida.
Varios generales le
confirmaron a SEMANA, bajo total reserva para evitar represalias, lo que desató
el cese al fuego bilateral entre las tropas. La última semana de 2022 habría
sido crucial, especialmente las últimas 72 horas que le siguieron a una
operación realizada por el Ejército en el Cauca y que estaría relacionada con
el anuncio intempestivo de los decretos por parte del presidente.
Se trató de un golpe a la
estructura Carlos Patiño, de las disidencias de las Farc, en El Tambo (Cauca).
El 28 de diciembre se conoció que seis presuntos disidentes fueron abatidos y
dos más fueron capturados. Además, se incautaron seis fusiles, cinco pistolas,
munición de distintos calibres, equipos de comunicaciones, cartillas con
estatutos y adoctrinamiento de las Farc, así como material de intendencia y
explosivos.
Lo que sostienen las fuentes
es que, tras el operativo militar, la cúpula habría recibido una instrucción
del Gobierno para instar a los comandantes a “parar” dichas acciones con el fin
de no entorpecer la búsqueda de la ‘paz total’ en la que se ha empeñado el
presidente Petro. Este mensaje habría disparado las alarmas entre los oficiales
de las diferentes fuerzas.
“La Constitución nos obliga a
la obediencia debida, no ciega”, le dijo a SEMANA un curtido general. Por esa
razón, solo horas después de lo que desencadenó la acción en El Tambo, la
cúpula militar convocó a una reunión extraordinaria en el Cantón Norte. Allí,
comandantes, miembros del Estado Mayor y algunos asesores jurídicos discutieron
durante horas los inconvenientes de cesar las operaciones militares sin ningún
protocolo de por medio, y cuáles eran los límites inviolables y la manera en
que debía hacerse para que fuera exitoso. “Tenemos experiencia, acabamos de
terminar un proceso con las Farc. También lo hicimos con el ELN en su momento.
Sabemos lo que hay que hacer para que las cosas salgan bien. Eso fue lo que discutimos
ese día”, reconoció un general que estuvo en la reunión.
Todo quedó consignado en un
documento que, según las fuentes, terminó en el escritorio del ministro Velásquez
y del presidente Petro, y que fue entregado por el general Giraldo.
Luego, en un hecho inusual,
tanto por el día como por la hora, el presidente Petro anunció lo siguiente en
su cuenta en Twitter, a las 10:45 de la noche del 31 de diciembre: “Hemos acordado
un cese bilateral con el ELN, la Segunda Marquetalia, el Estado Mayor Central,
las AGC y las Autodefensas de la Sierra Nevada desde el 1 de enero hasta el 30
de junio de 2023, prorrogable según los avances en las negociaciones”.
Solo unas horas después, el
ELN respondió con un baldado de agua fría y desmintió al presidente al señalar
que no había negociado ningún cese al fuego bilateral con el Gobierno.
La mesa de diálogos, recién
instalada en Caracas, entró en crisis y el Gobierno anunció que las operaciones
contra ese grupo armado ilegal se reanudaron hasta nueva orden.
El último mensaje enviado por
el presidente al ELN fue particularmente drástico, lo que revela el difícil
momento entre las partes. “O el camino del padre Camilo Torres Restrepo o el
camino de Pablo Escobar”, aseguró Petro. Indudablemente, todo indica que el
Gobierno, por ser generoso, se apresuró y no contó con lo difícil que ha sido
negociar, a lo largo de la historia, con el ELN.
Tras la decisión del Gobierno,
anunciada el 31 de diciembre, los militares se volvieron a reunir. Entonces,
elaboraron otro documento con 23 puntos que también le hicieron llegar al
presidente por medio del ministro de Defensa. Los generales diseñaron una hoja
de ruta para evitar el fracaso del cese al fuego bilateral. Allí fijaron
límites y establecieron protocolos. “Si las cosas se hacen bien, terminan
bien”, sentenció otro alto oficial que ayudó en la elaboración del escrito.
En general, la cúpula ha
recomendado tratar de concentrar a los grupos armados ilegales con los cuales
se ha llegado al cese bilateral para facilitar su cumplimiento y evitar el
desmadre. Si esto no se hace, es imposible de monitorear y controlar. A
diferencia del proceso de paz de La Habana, cuya máxima era que “nada está
acordado hasta que todo esté acordado”, la cúpula militar sabe que la
instrucción ahora es: “Lo que se va acordando, se va implementando”.
Incluso, SEMANA conoció que
las disidencias de las Farc serían las primeras dispuestas a concentrarse en
los Llanos del Yarí, en Caquetania, Meta.
Si bien los altos mandos han
tratado de hacer pedagogía en las ocho divisiones militares y en las unidades
especiales, todavía falta mucho para que todo funcione como un reloj. Por esa
razón, esta semana fue escandaloso ver un video en el que quedó registrada la
llegada de las disidencias de las Farc a Policarpa (Nariño). Los criminales se
presentaron en el pueblo y amedrentaron a la población con su presencia. Lo
paradójico es que el video fue grabado desde la estación de policía. Ninguno de
los uniformados hizo nada para proteger a los ciudadanos.
El dilema es que, en teoría,
con los decretos del cese bilateral no podían. Quedaron con las manos
amarradas. Pero si hubieran hecho algo, a lo mejor también habrían sido
criticados o emproblemados por interferir en la paz total. Mientras tanto, en
Santa Rosa del Sur (Bolívar), el frente 37 de las disidencias de las Farc
secuestró al soldado Luis Domingo Morelos González. Pocas horas después fue
liberado.
No menos preocupante resulta
el cruce de declaraciones entre el estado mayor central de las disidencias de
las Farc y el ministro de Defensa. Las primeras acusaron a las Fuerzas
Militares de aliarse con el ELN para atacarlas esta semana en Puerto Rondón
(Arauca). Mientras que el segundo, Velásquez, calificó ese señalamiento de
“falso” y dijo que “las Fuerzas Militares no realizan operaciones conjuntas con
ninguna organización al margen de la ley”.
Si en la cúpula hay
preocupaciones, especialmente de tipo jurídico, entre los retirados están que
explotan. El pasado jueves, el excomandante del Ejército, el general en retiro
Eduardo Zapateiro, trinó: “Un cese bilateral solo lleva a confundir a quienes
deben responderles a los colombianos por la seguridad y defensa nacional. Ahora
resultarán los bandidos de las Farc y ELN ejerciendo control territorial como
en Policarpa (Nariño) y Santa Rosa del Sur (Bolívar). ¿Control de qué?”.
Y agregó: “Solo espero que
después no acusen jurídicamente al Ejército de omisión. Lo anterior ya ha
ocurrido históricamente; las malas decisiones terminan siendo asumidas por las
FF. MM”.
SEMANA tuvo acceso a una
conversación de WhatsApp de altos oficiales retirados, quienes vienen
discutiendo sobre el cese bilateral. Algunos mensajes dejan ver su gran
inconformidad. “Tenemos que apoyar a los que hoy están al frente y hacernos
sentir. Si no lo hacemos, sucumbirá la institucionalidad y eso es
responsabilidad de los generales y almirantes”, dijo uno de ellos.
Otro aseguró: “¿Cuántas
demandas vienen en camino por omisión? Los delincuentes como Pedro por su
casa”. Un almirante en retiro advirtió: “Tenemos que ir todos en bloque, si no
lo hacemos así, nos verán débiles y el pueblo hoy espera mucho de nosotros,
solo así seremos fuertes, somos un cuerpo”.
Mientras tanto, todos los
lunes, el alto mando militar y de Policía sigue evaluando lo que viene
ocurriendo en el marco de la paz total. A dichas reuniones asisten los
ministros de Defensa y del Interior, muchas veces el presidente y el fiscal
general, además de la jefa de gabinete, Laura Sarabia.
Por ahora, avanza el cese
bilateral, aunque sin el ELN. “Si no cumplen, los ponemos a cumplir”, advirtió
un general activo. SEMANA conoció que el Gobierno está ahora en la búsqueda de
un cese multilateral que implica que las organizaciones criminales no se maten
entre ellas, como está ocurriendo en buena parte del país, en medio de la
disputa por el negocio del narcotráfico.
En todo caso, el Gobierno no
la ha tenido fácil. De hecho, la Fiscalía acaba de negarles el levantamiento de
las órdenes de captura a 16 criminales de alta peligrosidad del Clan del Golfo
y de los Pachenca, algunos de ellos presos.
La petición fue hecha por el
comisionado de paz, Danilo Rueda, el pasado 11 de enero. El ente acusador
argumentó que no es competente, pero además aseguró que a los grupos
narcotraficantes no se les puede dar estatus político y que, mientras no lo
tengan, su único camino será el sometimiento a la justicia. El Gobierno Petro
tendrá que sortear con esta ‘papa caliente’. Al mismo tiempo, varios jueces
también se han negado a darles libertad a presos señalados de haber cometido
delitos durante las protestas. Muchos de ellos pertenecen a la primera línea.
Es evidente que el presidente
Gustavo Petro está poniendo en marcha lo que prometió en campaña: la búsqueda
de la llamada paz total. Sin embargo, se necesitan más que deseos y voluntad.
Al fin y al cabo, su ambiciosa propuesta involucra a los criminales más temidos
y peligrosos de Colombia, con el agravante de que todos están dedicados al
narcotráfico. Se necesitan reglas claras. Por eso, el presidente y su ministro
de Defensa, Iván Velásquez, no deben subestimar las preocupaciones, tensiones y
recomendaciones de los militares. Ellos son los únicos que de verdad conocen a
estos grupos armados al margen de la ley. Los han enfrentado y combatido desde
hace décadas. Hacer caso omiso a esa tensión militar es equivocado. Mientras
las Fuerzas Armadas estén tranquilas, el Gobierno y el país lo pueden estar.
Muchos colombianos se sienten hoy desprotegidos y sienten que el país quedó a
merced de los criminales. Las tropas, bajo ninguna circunstancia, pueden dejar
de cumplir con su obligación constitucional, que es defender la vida de los
ciudadanos y proteger la seguridad nacional.
Tomado de: https://www.semana.com/nacion/articulo/semana-destapa-los-detalles-secretos-de-lo-que-vivieron-las-fuerzas-militares-72-horas-antes-del-cese-al-fuego-bilateral-decretado-por-el-gobierno-petro-hay-tension-en-las-tropas/202308/
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