martes, 7 de febrero de 2023

La guerra total de Petro

 

VIVIANE MORALES HOYOS

Las políticas del Gobierno se han convertido en declaraciones diarias de guerra a los ciudadanos.

Los ciudadanos colombianos –los que respetamos la democracia, los que somos pacíficos, los que salimos a trabajar para intentar vivir después de lo que nos queda tras pagar los impuestos– tenemos que entender de una vez por todas que perdimos. Lo que ganó en la pasada elección no fue el Cambio, lo que ganó fue la expresión política que logró sumar a la Colombia resentida con la Colombia ilegal. Cada vez es más evidente que en la vanguardia de ese proyecto estaban las primeras líneas que querían acabar con todo y el tinglado de los grupos criminales con quienes pactaron en la Picota.

La historia de la humanidad nos enseña que hay una regla de oro de la política que nadie se ahorra: el que gana cobra su victoria y el que pierde paga su derrota.

Es por eso, por ejemplo, que lo primero que hizo el presidente Petro cuando se sentó en el Palacio de Nariño fue entregarles un ramo de olivos y un paquete de decisiones de impunidad a las primeras líneas y a las organizaciones armadas ilegales, al mismo tiempo que nos impuso a los colombianos trabajadores y emprendedores la reforma tributaria más inoportuna del mundo. Cuando los países estaban buscando aliviarles las cargas a sus ciudadanos para que pudieran enfrentar los pronósticos de una recesión mundial, aquí Petro nos estaba castigando, poniéndonos a pagar la derrota de su elección.

Tan solo llevamos seis meses de su gobierno y es evidente que sus aliados siguen cobrando la victoria y nosotros, los derrotados, seguimos pagando nuestra derrota.

Aquí, los cultivos ilícitos siguen creciendo. Los laboratorios de cocaína siguen trabajando a todo vapor, sin que nadie les ponga problema por engullirse todas las energías carbonizadas que necesiten, aquí las organizaciones criminales siguen deforestando a su antojo en ese proceso imparable del control territorial, todo esto al amparo de un tal cese del fuego bilateral que no es más que amarrarles las manos al Ejército y a la Policía para liberárselas por completo a las bandas criminales.

Todo esto a tiempo que los ciudadanos trabajadores, emprendedores y pagadores de impuestos estamos ahora viendo cómo el Gobierno intenta destruir el sistema de salud para entregárselo a un nuevo esquema que terminarán controlando en las regiones los contubernios de los políticos corruptos aliados con las bandas regionales. Así mismo, nos están poniendo a ver cómo destruyen el metro de Bogotá, que viene en camino para satisfacer el capricho vanidoso del exalcalde Petro, disfrazado de “interés público”, por un costoso concepto jurídico. De la misma manera que estamos viendo los ciudadanos perdedores –los mismos que trabajamos, que emprendemos, que pagamos impuestos– cómo capturan el manejo tarifario de los servicios públicos para ir quebrando las empresas construidas a lo largo de décadas que terminarán apropiadas por la nueva burguesía surgida de los resentimientos y de los dineros de todos los pelambres. 

No hay duda, las políticas del Gobierno se han convertido en declaraciones diarias de guerra a los ciudadanos. Basta escuchar a la ministra Corcho o leer la respuesta que dio el ministro de Transporte cuando le preguntaron por la amenaza de desfinanciar los proyectos de infraestructura de Bogotá: “Entonces, si el tema no es haciéndonos por las buenas, respetando lo acordado, pues también el Gobierno Nacional tiene qué hacer con su chequera. Cada uno sabe qué hace con su plata”. Es evidente que este tonito no es el de la Constitución y la ley sino el de las madrigueras adonde se negocia la paz total.

Debemos tener claridad de que perdimos. Pero lo que perdimos fue una elección en una democracia. Haber perdido una elección no nos condena a perder el país que hemos construido históricamente contra viento y marea. Tenemos una Constitución y un Estado de derecho que nos brindan herramientas para defender a Colombia. Eso sí, si sabemos defenderlos como nos corresponde en los próximos meses.

La verdadera política del gobierno de Petro es muy clara: PAZ TOTAL a los bandidos, GUERRA TOTAL a los ciudadanos

Tomado de: https://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/viviane-morales-hoyos/la-guerra-total-de-petro-columna-de-viviane-morales-hoyos-739850


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