Hacer ejercicio o alguna actividad que nos agrade, es una forma de generar hábitos saludables que nos permiten vivir más y mejor (Imagen ilustrativa Infobae)
En
La Fórmula Podcast, el periodista especializado en innovación, creatividad,
economía del cambio y ciencias de la vida, explicó la dificultad que
enfrentamos para predecir qué nos hará felices y en qué destacarnos. Compartió
herramientas para identificar lo que realmente nos satisface y desarrollar
hábitos positivos basados en el aprendizaje, el bienestar, la longevidad y el
desarrollo cognitivo.
Cada
vez más personas se preocupan por mantener un estilo de vida que les permita
llegar a una edad avanzada en buenas condiciones físicas y mentales. Esta
tendencia se refleja en el aumento de la esperanza de vida y en la
participación de adultos mayores en actividades significativas, como ganar
premios Nobel o protagonizar películas. Sin embargo, muchos países aún no están
preparados para manejar las implicaciones de una población envejecida y la
importancia que tiene adaptarse a estos cambios demográficos. ¿Se puede
planificar el futuro frente a tanta incertidumbre?
Conceptos
como el pensamiento episódico futuro, el brain fitness y la reserva cognitiva,
explican que existen caminos posibles de transitar para diseñar estrategias y
tomar mejores decisiones en el presente, que tendrán impacto en los próximos
años. Mantener activo el cerebro para prevenir enfermedades neurodegenerativas,
aprender nuevas habilidades y participar en actividades cognitivamente
estimulantes, son esenciales para mantener la salud cerebral y el bienestar
general.
En
este episodio de La Fórmula Podcast, Sebastián Campanario -periodista
especializado en innovación, creatividad, economía del cambio y ciencias de la
vida explicó qué dificultad tenemos los seres humanos para predecir qué nos
hará felices y en qué áreas somos buenos, reflexionó sobre cómo descubrir
aquello que realmente nos genera satisfacción y cómo crear hábitos positivos
que tengan un impacto en el desarrollo cognitivo de cara al futuro. El episodio
completo puedes encontrarlo en Spotify y YouTube.
Sebastián
es licenciado en Economía de la UBA y estudió Periodismo en TEA. Es columnista
del diario La Nación, autor de varios libros, entre los que se destaca su
reciente lanzamiento PROXI +50: 50 ideas para tus próximos 50 años y es miembro
de la Aceleradora TEDxRiodelaPlata.
Una
frase tuya dice: “Los humanos somos muy malos para predecir qué nos va a hacer
felices y para determinar en qué somos buenos o qué nos va a entusiasmar”. ¿Por
qué crees que somos malos para decidir?
Uno
tiende a creer que lo va a hacer feliz son cosas que tienen más que ver con las
expectativas de la familia, de la sociedad, de los que te rodean, de lo que te
dijo alguna maestra cuando eras chico y te quedó; y por ahí llegas a ese lugar
y te das cuenta de que ahí no está la felicidad. Piensas que vas a ser feliz
cuando escribas un libro, llegas ahí y no era eso, por ponerte un ejemplo.
Cuando tienes en cuenta este insert, que para mí es muy poderoso, la conclusión
es que tienes que hacer la mayor cantidad de cosas porque nunca saber qué es lo
que te va a gustar y porque aquello que empieces a hacer para que se vuelva un
hábito te tiene que divertir, tiene que ser algo amable, algo que disfrutes
hacer.
En
estos últimos años, ¿sientes que hay un mayor interés por el bienestar, la
longevidad y el desarrollo cognitivo?
Me
sorprende muchísimo la cantidad de chicas y chicos de 20 y pico que están cada
vez más interesados, no solamente por la agenda de bienestar, sino por la
agenda de longevidad. Hay muchísima gente de 20 y pico que está planificando su
estrategia personal de bienestar para llegar muy bien a los 80, 90 años, sobre
todo en el área tecnológica que te dicen: “Mi objetivo es a los 80 subir al
cerro Tronador o a los 90 poder alzar a mi nieto, seguir viajando, etc.”. Y con
ese plan en la cabeza cambian todas las decisiones que tomas en la actualidad.
Para
mí la revolución senior no es vivir 800 años, sino que ves mucha gente que está
muy bien a los 80, 90 años y esa es la gran diferencia y eso lo ves en
estadísticas. El promedio de edad a la cual a una persona le dan un premio
Nobel es mucho más alto, la edad en la que alguien puede ser presidente, vimos
hasta hace poco en Estados Unidos Trump – Biden, ambas personas de más de 80,
Nancy Pelosi. Y una que me impactó mucho hace poco es que aumentó como 20 años
el promedio de protagónico en Hollywood, o sea hoy un actor protagónico en
películas grandes de Hollywood tiene 50 años promedio. En todo está aumentando
el promedio de edad. La final del último mundial de Argentina fue una final
senior, los goles los hicieron Messi y Di María, con 35 y 36 años, que eran
cosas medio inimaginables hace 10 años. Ahí está el corazón de este cambio
demográfico que estamos viendo, que hace que a nivel mundial realmente estemos
pasando de tener una pirámide poblacional a una especie de rectángulo en el
cual ya muy pronto va a haber la misma cantidad de gente de más de 60 años que
chicos de 20 años o menos. En algunos países ya pasa eso.
¿En
cuáles?
En
Japón, en Corea, en España e Italia y pronto va a pasar en todo el resto del
mundo. Eso a nivel económico tiene infinitas implicancias, de las cuales creo
que todavía la sociedad, las empresas, los individuos no estamos anoticiados.
Hay otras olas de cambios, como el cambio climático, la tecnología, que son
mucho más impredecibles, no sabes qué va a pasar con el clima de acá al 2035 o
con la inteligencia artificial de acá a 10 años, pero en el tema demográfico
sabemos casi exactamente cómo va a hacer la pirámide demográfica de acá al
2030, al 2050 y hacemos muy pocas cosas para adaptarnos a ese mundo que viene,
es grave no hacer cosas para adaptarse.
¿El
mundo no está preparado para una sociedad con más gente adulta?
Definitivamente
no. Hay en algunos países, los ricos, que ya tienen una pirámide muy envejecida
que tienen resueltos muchos problemas, no tienen el 50% de pobreza como la
Argentina. Noruega, que son todos medio millonarios porque tienen petróleo para
todo el mundo, tienen iniciativas sofisticadas de créditos para que las
personas adultas se muden del centro a la periferia y los chicos jóvenes que
trabajaban en el centro vayan. Son cosas que tienen una sofisticación muy
grande para las urgencias que hay hoy en América Latina. Creo que hay cosas
interesantes en Australia, en países nórdicos, en Japón, en Corea, pero todavía
es una parte muy chiquita de la población mundial.
En
uno de los capítulos de tu libro mencionas el “pensamiento episódico futuro”
¿De qué se trata?
Somos
malos para identificarnos con nuestro yo futuro, no tenemos empatía con, por
ejemplo, si te muestran una foto tuya a los 70 años, vas a decir: “¿Quién es
esta señora? No soy yo”, te va a costar mucho identificarte con eso, y eso hace
a la caja de prejuicios que uno tiene con la adultez. Lo que recomienda Jane
McGonigal (experta en diseño de videojuegos, futurista y divulgadora) es tener
este pensamiento episódico de futuro que es decir: “De acá a 20 o 30 años,
¿cómo sería un día tuyo? ¿Qué problemas crees que tendrías? ¿Qué dificultades?
¿qué desafíos?” eso te activa parte del cerebro que habitualmente no utilizas y
se correlaciona bien con tener menos depresión, con estar mejor a nivel
emocional, etc. Así como es muy bueno hacer un diario, en la agenda de
bienestar, hay mucha gente que a la noche anota las cosas buenas que le
pasaron, qué agradecer, qué planificar para el otro día, hay un montón de
beneficios en lo que se llama journalist en inglés, un paso más es decir “¿cómo
podría ser yo?” y lo que recomienda es fijar un límite de 10 años porque si es
más no vas a hacer nada porque te queda lejos y si es menos te vuelves muy
ansioso. Entonces 10 años es como un buen momento y empezar desde ahora a tomar
decisiones distintas con esos insides que vas descubriendo.
¿Qué
es el brain fitness que mencionas en tu libro y a qué edad crees que hay que
ponerle atención a esto?
El
brain fitness se puso de moda en la década del ‘80, había muchos ejercicios de
neurociencia. Te hacían, por ejemplo, si eres diestra escribir con la mano
izquierda, o de atrás para adelante, que son cosas que tal vez te hagan bien al
cerebro, pero que son hábitos difíciles de sostener, porque no te vas a poner
todos los días a escribir de atrás para adelante. Ahora, el cerebro es un
órgano igual que cualquiera del cuerpo. Es el más importante y el que más
energía consume y no lo tratamos como el resto de los órganos del cuerpo. Si quieres
salir a correr una maratón sabes que tienes que practicar en el año. Sin
embargo, con los temas cognitivos, como por ejemplo la memoria, no la ejercitas
nunca más desde el secundario o desde la facultad y no hay nada en biología que
diga que debes tener una peor memoria en tu adultez que cuando eres joven, el
tema es que no lo ejercitas.
¿Qué
se puede hacer?
Hay
un montón de cosas que uno puede hacer, a mí me gusta hacer el cubo Rubik, pero
podes hacer rompecabezas, sudoku, leer, aprender idiomas, hay infinidad de
cosas que uno puede elegir para entrenar el cerebro. Hay un concepto que a mí
me gusta mucho que se puso de moda en la neurociencia ya hace 20 años que se
llama “reserva cognitiva”. Lo que se descubrió es que para moderar o para
evitar enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, la demencia, etc.,
hace muy bien aprender cosas nuevas todo el tiempo. Un famoso estudio, que yo
lo cito en el libro, de monjas de la congregación de Notre-Dame, en Kentucky,
Estados Unidos, menciona que cientos de monjas firmaron un documento para que
cuando se murieran les estudiaran el cerebro y hay un caso famoso de una Madre
Superiora, que creo que falleció a los 97 años, que se descubrió que tenía el
cerebro como si tuviera Alzheimer, pero ella no había desarrollado los síntomas
porque estaba todo el tiempo enseñando, aprendiendo, socializando. Hoy hay
evidencia científica muy sólida de que todo esto te puede ayudar a evitar
muchos males en el futuro a nivel cerebral, y además es bueno, es algo
divertido.
¿La
clave es mantenerse bien los próximos diez años e ir renovando ese objetivo con
el paso del tiempo?
Sí,
eso siempre me lo dice Marcelo Rinesi, que es un genio que sabe muchísimo de
longevidad y él habla de lo que es la velocidad de escape, que es un momento en
el cual los temas biomédicos van a avanzar a mucha velocidad, va a aumentar la
expectativa de vida más rápido que el tiempo que transcurre, ¿qué quiere decir
esto? De golpe hay una cura para el cáncer, entonces el promedio de vida sube 3
años en un año, y ahí ya estás en velocidad de escape. Hoy no tienes una cura
para la enfermedad, pero dentro de 20 años seguramente sí, entonces tiene
lógica llegar bien al momento en el cual la biomedicina agarre esa velocidad de
escape. No sabemos cuándo va a ser, eso es lo difícil. Pero es cierto que si
vos te mantienes bien varios años o décadas, tal vez llegues a un mundo en el
cual haya una medicina para tener una sobrevida en muy buenas condiciones más
grandes que las que hay hoy.
¿Cuál
es el vínculo entre dormir poco o dormir mucho y la performance cognitiva?
Se
descubrieron un montón de correlaciones con cosas malas, lo que lo vuelve un
eje muy central de la agenda de bienestar. Hoy en día, si vas a los libros más
leídos en Estados Unidos, tienen que ver con cómo dormir mejor, es un tema te
diría super importante. El ideal son siete horas u ocho horas, depende de un
montón de cosas tuyas físicas, cuál es tu ideal. Pero también se descubrió que
dormir demasiado tampoco está bien, te diría que igual es bastante asimétrico,
el problema que hay es más que nada dormir poco, sobre todo en Argentina. La
Argentina es un país que duerme muy poco porque nos acostamos muy tarde,
cenamos muy tarde. Es muy difícil alterar la hora a la cual te levantas,
entonces lo que te queda como estrategia es irte a dormir más temprano, no
quedarte hasta la una viendo plataformas, porque eso es lo que te termina
perdiendo. Para eso sirve el hábito de la meditación y hacerlo antes de dormir,
reemplaza el momento de tele o de pantalla por algo que, además, te va
preparando mejor para el sueño.
Hay
un capítulo del libro que dedicas a los principios estoicos. ¿Por qué sientes
que en esta época resuenan tanto cuando fueron escritos hace tanto tiempo?
Creo
que hoy la agenda de bienestar, a pesar de que lo más flash es hablar de la
vincha para dormir mejor, el anillo Horus, los psicodélicos, lo último en
biomedicina, etc., al final del día lo más importante es volver a cosas muy
simples y naturales. El hombre y la mujer a fines de la década del ‘70 -esto lo
dice mucho Alessandro Baricco- “Space invaders”, el video juego que estalló en
Japón a fines de los ‘70 o principios de los ‘80, fue el primero que produjo la
postura moderna que es estar medio encorvado, mirando la máquina y estar así
todo el día. Desde ese momento mira lo que perdimos. Entonces de alguna manera
se trata de volver, de desandar ese camino. Andrew Huberman decía “es como una
carrera”. Es cierto que hay mucha más conciencia en temas de bienestar, pero a
su vez somos cada vez más sedentarios y para él esa parte es más pesada.
Uno
de los principios que explicas es que hay un timing de las emociones y cuáles
son las instancias que atraviesan. ¿De qué se trata?
—
Los dos primeros libros que escribí fueron sobre economía no convencional y ahí
el mega gurú de todo eso es Daniel Kahneman, que es el padre de la economía del
comportamiento. Su gran libro es “Pensar rápido, pensar despacio” que es
justamente esta idea de que vos cuando piensas rápido, tienes atajos mentales
que hace que caigas en un montón de sesgos que no puedes evitar porque tu
cerebro está cableado de esa manera. No puedes evitar que te dé bronca algo y
que esa bronca sea más fuerte que lo que disfrutas.
La
otra cosa es el sesgo, la aversión a la pérdida, ya los seres humanos estamos
cableados de esa manera, ahora lo que sí puedes hacer es ser consciente de ese
sesgo y en una segunda instancia, cuando piensas despacio, tomar una decisión
distinta. Está buenísimo saber cuáles son los sesgos porque empiezas a tomar
decisiones distintas. Por ejemplo, yo lo uso mucho con la aversión a la pérdida
que es el sesgo más estudiado en economía de comportamiento y lo que dice es
que, en general, nosotros sufrimos o nos da mucha más bronca cuando perdemos
algo, fracasamos, en términos proporcionales que lo que disfrutamos ganar algo.
Si yo me encuentro un billete de 10 mil pesos por la calle me da una felicidad
“x”. Si el cajero automático me come esa plata me da una bronca “3x” o “5x” y
me arruinó el fin de semana. Eso te lleva a ser muy conservador con todo. Es
básicamente valorar lo bueno y que no te eches demasiada culpa por lo malo.
El
ensayista Nassim Taleb es más la idea de que el azar es mucho más protagónico
que lo que pensamos, entonces si algo te sale mal no te eches tanto la culpa
porque es muy probable que haya una dosis de azar muy grande en eso, y si algo
te sale bien no te mandes tanto la parte porque también probablemente haya una
dosis de azar en eso.
¿Qué
fue lo que más te impresionó de algo que leíste, escuchaste, viste o te
contaron recientemente y te gustaría compartir?
Hay
una frase que la vengo citando porque me parece que tiene una potencia muy
grande. No sé quién es el autor, pero creo que terminé reversionándola. Es muy
difícil competir con la gente que se divierte haciendo lo que hace y me parece
que es medio un mantra de época. Cuando vas como periodista a un lugar y ves
gente que está aburrida es como un indicador bastante potente de que las cosas
no van a andar tan bien, entonces cuando vas a un lugar y la gente está
sonriente, divertida haciendo lo que hace, es un indicador de que las cosas sí
van a andar bien. Al principio me preguntabas por qué somos malos para
determinar en qué somos buenos y para pronosticar qué nos va a ser felices. Te
diría que las tengo como dos verdades o verdades subjetivas, como todo, que
trato de aplicarlas todo el tiempo a mí mismo.
Tomado de: https://www.infobae.com/tendencias/2024/08/18/la-revolucion-del-bienestar-los-pasos-clave-para-una-vida-mas-larga-segun-sebastian-campanario/
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