Colombia necesita acuerdos, pero sobre todo decisiones gubernamentales que atraigan inversión, crecimiento y empleo durante los dos años que restan.
Felicito
al Grupo Prisa y sus directivas por convocar este fin de semana en Villa de
Leyva a representantes de diferentes sectores y posiciones políticas para
fomentar conversaciones constructivas y esperanzadoras sobre nuestro futuro.
Fue
fundamental la presencia de funcionarios del Gobierno, presidentes de las
cortes y del Congreso, del sector privado, la academia y los medios de
comunicación. Su participación refleja un interés genuino por servir al país y
sus aportes son valiosos, más allá de los resultados inmediatos del encuentro.
Es
importante destacar la postura constructiva y serena del ministro Cristo y de
la Dra. Sarabia, directora del Dapre, convocando un acuerdo nacional de lo que
hemos hablado durante décadas. Es vital llegar a acuerdos para fortalecer
nuestras instituciones, la democracia y la economía, condiciones indispensables
para el desarrollo de los colombianos y encauzar la nación hacia el bienestar.
Seguramente
un acuerdo habría tenido mejores posibilidades con Cristo como ministro del
Interior desde inicios del gobierno. Su enfoque respetuoso y constructivo es
necesario para este objetivo. Propuso un acuerdo basado en eliminar la
violencia en la política; en la transparencia de los debates legislativos; el
respeto al calendario y las reglas electorales; la importancia de transformar
los municipios PDET y fomentar un crecimiento económico que genere equidad.
No
obstante, el discurso ministerial no coincide con el del jefe del Estado,
quien, durante dos años, ha fomentado división, desconfianza y la
descalificación de la justicia, las empresas, las fuerzas militares, los medios
de comunicación y hasta del sistema electoral que le brindó garantías para
resultar elegido, entorpeciendo así la construcción de un verdadero diálogo
nacional.
La
directora del Dapre presentó los beneficios del acuerdo con el sistema
bancario, para inyectar $ 55 billones en nuevos créditos para sectores
productivos y lograr más crecimiento del PIB. No obstante sus buenas
intenciones y anunciar próximas reuniones con 11 empresas del sector petrolero
y algunas EPS para llegar a acuerdos con esos sectores, y pese a las buenas
maneras de los ministros de Hacienda y Justicia, el clima de polarización y
desconfianza hace que un acuerdo, aunque deseable, sea poco viable en este
gobierno.
Es
imperativo que, con acuerdo o sin él, haya acciones efectivas para restaurar la
seguridad y construir confianza en un futuro más prometedor para todos los
colombianos.
Es
tarde y hay disonancia gubernamental entre quienes buscan construir acuerdos y
quienes desmantelan sectores claves del país. En dos años esta administración
ha debilitado el sistema de salud, las industrias extractivas y nuestra Fuerza
Pública. Además, estamos ante la amenaza de un racionamiento energético que
afectará gravemente el PIB.
Colombia
necesita acuerdos, pero sobre todo decisiones gubernamentales que atraigan
inversión, crecimiento y empleo durante los dos años que restan. Sobre todo, es
fundamental que demuestre voluntad real para combatir el crimen y garantizar
seguridad al 75 % de los colombianos que desconfían del futuro del país.
La
inseguridad ha aumentado alarmantemente, con incrementos de secuestros,
extorsiones, desplazamiento, masacres, asesinatos de líderes sociales y
reclutamiento de menores.
Es
preocupante la inasistencia del ministro de Defensa a espacios donde se debía
abordar la política de seguridad. Es imperativo que, con acuerdo o sin él, haya
acciones efectivas para restaurar la seguridad y construir confianza en un
futuro más prometedor para todos los colombianos.
Tomado de: https://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/destruir-para-negociar-3387776?__vfz=medium%3Dstandalone_content_recirculation_with_ads
NOTA:
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