Mucho de lo que produzca la tributaria de Petro se lo va a comer la devaluación generada por Petro.
En contra de lo que algunos
analistas dicen con ligereza, el avance de la reforma tributaria en el Congreso
no es el resultado de una aplanadora de la bancada gobiernista. Por seis semanas,
las comisiones económicas de Cámara y Senado le metieron mano al proyecto
presentado por el Ministerio de Hacienda y recortaron algunos de sus excesos,
de modo que el golpe al bolsillo de los contribuyentes, que era de más de 25
billones de pesos en el texto original, bajó a poco más de 21 billones.
Los debates finales se darán
en plenarias, y allí tampoco habrá aplanadora: los liberales, ‘la U’ y algunos
conservadores –miembros de la coalición de Gobierno– han expresado serias dudas
sobre puntos críticos: el impuesto a las pensiones, que consideran
inconstitucional pues la mesada de jubilación es un derecho adquirido de quien
trabajó para conseguirla; las nuevas cargas tributarias a la exportación de
petróleo y de gas, que golpean a la principal empresa estatal, Ecopetrol,
propiedad de todos los colombianos; y las nuevas tasas a los dividendos y a las
zonas francas, porque desestimulan la inversión generadora de empleo.
Receptivo desde el inicio de
las discusiones, el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, abrió el jueves
las puertas para discutir esos cambios. Así, el golpe a los contribuyentes
sería menor: la reforma ya no recaudará 21 billones de pesos, sino 16 o 17
billones. Lo bueno es que en todo caso habrá tributaria, una señal de responsabilidad
Lo malo es que el gigantesco esfuerzo tributario que harán empresas y personas
naturales puede resultar inútil, porque el Gobierno está borrando con el codo
lo que escribe con la mano. Cuando Gustavo Petro ganó la segunda vuelta el 19
de junio, el dólar rondaba los 3.900 pesos. El viernes, cuatro meses después,
amaneció en la línea de los 4.950. Hablamos de una devaluación de casi 27 % en
apenas 123 días.
Muchas monedas del mundo se
han devaluado en estos meses: quien tiene ahorros busca refugio en el dólar
ante los riesgos de una recesión planetaria, y eso ha empujado al alza la
divisa verde. Pero, salvo el caso de Argentina, que vive una grave crisis (25 %
de devaluación), los países vecinos con los que Colombia se compara no han
visto caídas tan fuertes en ese mismo lapso: Chile, 11,7 %; Perú, 6,9 %;
Brasil, 1 %, y México, que casi no ha devaluado.
El chorro de dólares que ha
llegado al país por las exportaciones de petróleo y carbón –aumentadas este año
no solo en volumen sino en precio– debería haber ayudado al peso a aguantar los
malos vientos. Pero las irresponsables declaraciones que, a golpe de Twitter y
de micrófono, han soltado el presidente Gustavo Petro y algunos de sus ministros,
como la titular de Minas y Energía, Irene Vélez, han resultado desastrosas.
Imprudentes anuncios sobre
intervenir el mercado de capitales, nacionalizar el ahorro de millones de
colombianos en los fondos de pensiones y suspender las exploraciones de
petróleo y gas han asustado a los inversionistas y ahorradores nacionales y
extranjeros, que han corrido a sacar su plata del país, lo que implica masivas
compras de dólares que encarecen esa divisa y devalúan el peso.
El presupuesto aprobado para
el año entrante destina 78 billones de pesos al pago de deuda, de los cuales 25
billones a la deuda externa, que se cancela en dólares. Si la devaluación sigue
a este ritmo y llega a 30 o 40 %, es posible que ese pago de capital e
intereses valga –a la hora de girarlo– entre 8 y 10 billones de pesos
adicionales. Es la mitad o más de lo que puede recaudar la reforma en 2023.
Dramático como suena, buena parte de lo que produzca la tributaria del gobierno
Petro se lo va a comer la devaluación generada por el gobierno Petro. Y el enorme esfuerzo para reunir
esa plata se perderá.
MAURICIO VARGAS
mvargaslina@hotmail.com
Tomado de: https://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/mauricio-vargas/columna-de-mauricio-vargas-se-perdera-esa-plata-711816
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