José Manuel Acevedo
Aplaudir a quienes resisten, a
quienes construyen país: empresarios pequeños, medianos y grandes.
No saldrán todos los días en
los medios de comunicación. No andan en busca de reconocimientos personales ni
exhibiéndose como figuras públicas, pero le aportan a este país mucho más que
aquellos que se quedan con los titulares de prensa o que alardean de su
compromiso con Colombia. Son los grandes generadores de empleo y, por lo mismo,
los responsables de que la gente pueda tener un plato de comida en la mesa o
pagar la pensión de sus hijos en el colegio o la universidad para los que van
creciendo en la casa.
Los pequeños, los medianos y
los grandes, por igual, los formales y los que mantienen sus motores prendidos
aún en los tiempos en los que la palabra de moda es “incertidumbre”, son, a la
vez, los que a fin de mes, con buenas o malas ventas, deben responderles a sus
trabajadores con salarios y aportes para su seguridad social. Los que, en medio
de la pandemia, sostuvieron las plazas laborales tanto como pudieron y los que,
de nuevo, han tenido que ponerle el pecho en 2022 a una reforma tributaria que
les va a exigir en los años venideros un sacrificio importante y, aun así, han
levantado la mano para decir: ¡aquí estamos listos!
Los mismos que, pese a las
recomendaciones de los economistas más ortodoxos, a través de sus
representantes en la mesa de concertación con el Gobierno y los trabajadores,
dijeron en 2021: ¡vamos por 1 millón de pesos de salario mínimo para 2022! y
que, ahora, están diciendo: ¡hagamos posible un 2023 que no le deteriore su
capacidad adquisitiva a la gente!
Esos son los empresarios de
este país. Los que el año entrante también estarán ahí, sin levantarse de las
mesas que vengan para hablar de las reformas laboral, pensional y de salud, con
ese espíritu conciliador con el que han enfrentado las discusiones más hondas
que está teniendo que dar nuestra sociedad en busca de la igualdad real.
Estos son nuestros
empresarios; los que resisten el encarecimiento de los costos de producción,
los que con ventanas rotas y rutas bloqueadas por algunos que han intentado
sabotearlos se levantan al día siguiente a reinventarse; a rehacerse; a meterle
optimismo a un país que necesita volver a creer. Son quienes, en medio de la
falta de fe, construyen confianza.
Según la encuestadora Invamer,
mientras en el cierre de 2021 la favorabilidad de los empresarios oscilaba
entre 51 y 53 por ciento, este año tuvo importantes picos de 62 por ciento y,
según la última medición, cierran el 2022 con un 58 por ciento de confianza por
parte de los colombianos que contrasta con los de otros personajes e
instituciones públicas que están muy por debajo de esas cifras de aceptación.
Los colombianos creemos y
respetamos a quienes hacen empresa y ese es un activo que no puede perderse y,
por el contrario, debe alimentarse porque solo con una iniciativa privada
libre, organizada y pujante habrá más crecimiento, más país, más democracia.
Por eso digo ahora, cuando
muchos buscan a su personaje del año, que para personajes, ellos, ¡los
empresarios!; los veteranos y los más jóvenes; los hombres y las mujeres que le
han apostado a construir en medio de un ambiente lleno de dudas, de preguntas y
hasta de temores por el futuro.
2023 será un año desafiante
para todos y no tengo duda de que igual que en otros momentos difíciles para la
economía, de cambios y de convulsión social, ahí estarán los emprendedores y
los empresarios para decir que los políticos van y vienen, que siempre habrá
predicadores de fatalidades y personajes que ven el vaso medio vacío y que, con
eso y todo, quienes hacen empresa no se rendirán porque está en su esencia, en
su ADN y porque ya lo han demostrado en tiempos peores. No lo duden: para
personajes del año, ¡los empresarios colombianos!
Tomado de: https://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/jose-manuel-acevedo/para-personajes-los-empresarios-columna-de-jose-manuel-acevedo-727186
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