MAURICIO VARGAS
Aplicar mano blanda con narcos
y con vándalos les ha salido carísimo a López Obrador y a Boric.
El primer mandatario chileno,
Gabriel Boric, es uno de los líderes más admirados por el presidente Gustavo
Petro, quien valora la audacia del chileno y, en cierto modo, envidia su juventud.
Boric apenas va a cumplir 37 años el mes entrante, mientras Petro, quien
hubiese querido llegar más joven al poder, se acerca a los 63.
A pesar de la diferencia de
edad, se identifican. Ambos ganaron las elecciones aupadas por las protestas
populares que capitanearon activistas jóvenes. Y ambos aspiran a establecer un
eje de liderazgo izquierdista en la región, que los diferencie de Nicolás
Maduro –cuyo proyecto ellos consideran fracasado– pero también de Lula da
Silva, quien, para el nuevo mandato que acaba de iniciar, ha perdido –opinan
ellos– mucho de su encanto.
Por último, en un plano más
personal, tanto Petro como Boric han sufrido bajonazos emocionales. En un
debate de campaña, la aspirante presidencial Ingrid Betancourt relató el día en
que fue testigo de una aguda depresión de Petro. Y en cuanto a Boric, él mismo
se refirió al tema al responder a un periodista que indagaba sobre su
estabilidad emocional.
Está bien que Petro se sienta
hermanado con Boric, pero debe tener cuidado si va a seguir sus pasos. Boric
aprovechó la temporada decembrina para indultar a doce líderes de las revueltas
de 2019 y 2020, condenados por cometer actos vandálicos, al igual que a un
exguerrillero de tiempos de la dictadura de Augusto Pinochet, que arrastraba un
largo prontuario criminal.
Hubo duros cuestionamientos y
un agrio enfrentamiento de Boric con la Corte Suprema. La crisis condujo a la
renuncia de la ministra de Justicia, Marcela Ríos, y del jefe de gabinete de la
Presidencia, Matías Meza-Lopehandía. El mandatario se hundió en las encuestas.
En marzo pasado, Boric inició su mandato con el respaldo de bastante más del 50
% de la opinión, y ahora, tras los indultos, apenas suma 27 % de aprobación,
según el sondeo Cadem.
A Petro, que también decidió
excarcelar a algunos de los más vándalos de las protestas de 2021 y 2022, le
puede pasar lo mismo. Ambos han condenado con vehemencia las salvajes tomas por
la derecha bolsonarista en Brasilia, de modo que les queda mal indultar a
quienes, desde la orilla izquierda, hicieron lo mismo en Chile y Colombia. La
violencia en política es condenable tanto a izquierda como a derecha.
Otro mal ejemplo que Petro
sigue es el del presidente mexicano, Andrés López Obrador. Al igual que el
colombiano, el azteca declaró, al empezar su gobierno, que la lucha antidrogas
había fracasado, lo que puede ser cierto. Lo grave es que ambos resolvieron
ensayar la mano blanca con los sanguinarios grupos criminales del narcotráfico.
Tomado de: https://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/mauricio-vargas/columna-de-mauricio-vargas-petro-y-el-mal-ejemplo-733770
No hay comentarios:
Publicar un comentario