Juan Lozano
A un país le puede hacer tanto
daño un mal gobierno como una mala oposición
Las frecuentes chambonadas y
declaraciones cantinflescas de importantes personajes de la vida nacional
causan perplejidad y desconcierto. Las proyecciones macroeconómicas que hablan
de recesión e inflación causan temor. La impunidad judicial y social de la que
están gozando criminales de lesa humanidad y corruptos de cuello blanco causa
indignación. La corrupción generalizada causa hastío. Todo eso es cierto. Pero
no nos podemos dejar derrotar. No podemos permitir que un sentimiento
derrotista y fatalista se apodere de esta nación vigorosa y pujante, y entre
todos debemos ser capaces de reconocer las oportunidades de progreso y mejoría
e impedir que una visión apocalíptica nos paralice.
A esto hay que meterle ganas,
no tragar entero, tener claro el destino, saber que las adversidades
circunstanciales, en el fondo, incuban grandes oportunidades. Debemos reconocer
las razones para seguir adelante, los logros que nos alientan, las conquistas
que nos empoderan y entender que, puestas en una balanza, es mucho lo que
tenemos por ganar si no tiramos la toalla, si mantenemos la lucha.
Por su estilo, que ya habíamos
conocido en Bogotá, sabemos que el presidente Petro gobierna con un sistema de
error y ensayo en el que se toleran profundas metidas de pata de sus
funcionarios. Quizás algunas equivocaciones presentes o futuras se puedan
causar por supina ignorancia, otras por falta de criterio, otras por vanidad y
otras quizás por arrogancia o aun corrupción personal. Por eso no podemos bajar
la guardia. Y con la misma claridad que se requiere para apoyar una buena idea,
debe haber firmeza individual y colectiva para rechazar los despropósitos,
exigir eficiencia, transparencia e integridad.
Y los mismos umbrales de
exigencia se deben aplicar a quienes pretenden ejercer la oposición ante el
Gobierno. A un país le puede hacer tanto daño un mal gobierno como una mala
oposición. La oposición debe ser leal, veraz, valiente, patriótica,
constructiva y transparente. Debe partir del principio elemental de evitar
criticar lo mismo que hacían cuando fueron gobierno. Así como el Gobierno debe
evitar las acciones que ayer le criticaron al gobierno anterior. Por ejemplo,
lo que está ocurriendo con la turbulenta compra de aviones franceses. Era malo
que Duque comprara aviones, pero es maravilloso que Petro haga lo mismo.
Y dentro de la oposición, la
categoría más despreciable es la de los críticos extorsionistas, que ha sido
tan popular en Colombia. Despiadados críticos, implacables, contundentes,
locuaces mientras les nombran sus cuotas y les aseguran sus contratos. Y después,
abyectos, serviles, vendidos y arrodillados. ¡Personajillos despreciables!
Finalmente, eso de meterle
ganas no se trata de una consigna de programas de autoayuda ni de frases
motivacionales de cajón. No es una actitud abstracta. Es una determinación de
encontrar acciones puntuales que producen determinados efectos. Por ejemplo,
ante la amenaza para la nutrición y la vida de los niños que representan las
sorprendentes apreciaciones del Gobierno acerca de la bienestarina, se deben
desempolvar los estudios relevantes, movilizar ciudadanía e incluso pedir el
apoyo de la pasmada delegación de Unicef en Colombia.
O lo que se logró ante el
pretendido raponazo que les querían propinar a los pensionados con la
tributaria. O la importante prohibición de la donación de efectivo en las
campañas políticas (falta la prohibición del gasto en efectivo).
Con la misma lógica hay que
apoyar a fondo las investigaciones y la lucha anticorrupción que ha emprendido
el gobierno Petro frente a los bienes de la SAE. Vale para cualquier entidad.
Los funcionarios que fueron corruptos en gobiernos pasados, que caigan pronto,
y los que andan en las mismas ahora, que caigan ya.
Vamos, pues, con todo en este
2023. Vamos a luchar por las causas comunes. Vamos a librar las batallas
necesarias en defensa de lo colectivo con una ciudadanía participativa. Vamos a
defender entre todos este país maravilloso que tenemos. No nos quedemos
callados ni para denunciar lo malo, ni para impedir lo dañino ni para apoyar lo
bueno. Lo vamos a lograr. Feliz 2023.
Tomado de: https://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/juan-lozano/columna-de-juan-lozano-vamos-a-meterle-ganas-730545
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