Los detractores de los coches
eléctricos sostienen que sus beneficios ambientales son exagerados. Pero la
realidad es que los estudios demuestran que su emisión global de gases de
efecto invernadero es sensiblemente menor a la de los de motor de combustión.
¿También queman combustibles
fósiles?
¿Los coches eléctricos son
realmente ecológicos? Este es uno de los argumentos que los opositores de los
coches eléctricos suelen esgrimir. Según ellos estos vehículos emitirían tantos
gases de efecto invernadero como los coches que usan combustibles fósiles. Y lo
fundamentan afirmando que la electricidad que consumen se produce en centrales
eléctricas. Y por ahora la mayoría son térmicas y utilizan combustibles fósiles
como el carbón.
Pero se ha demostrado
fehacientemente que la huella de carbón de cada coche eléctrico dependerá del
sitio en donde se lo cargue. En los países que dependen del carbón, obviamente
tendrá una huella mayor, en cambio en los que generan electricidad con fuentes
predominantemente renovables, será significativamente menor.
Pero si se tiene en cuenta
todo el ciclo de vida, incluida la producción de materias primas y el reciclaje
de sus partes al final de su vida útil (especialmente el de sus baterías), los
vehículos de combustión interna siguen emitiendo una cantidad mucho mayor de
gases, que los coches eléctricos.
Esas ‘malditas’ baterías
¿Los coches eléctricos son
realmente ecológicos? La fabricación de baterías es un proceso que consume
mucha energía, porque algunas materias primas se extraen de minas y depósitos.
Y luego deben transportarse por todo el mundo para su montaje y venta. Además,
su recuperación y reciclaje son costosos y poco sostenibles.
Según algunos expertos se
necesitarían 227 toneladas de tierra para extraer los metales necesarios para
fabricar tan solo una sola batería para los vehículos eléctricos. Por otra
parte, muchos sostienen que esta afirmación es muy exagerada. Y que en realidad
todo depende del tipo de batería, de los materiales necesarios y del sitio en
donde se fabrica.
El problema es que la minería
no solo tiene efectos negativos a nivel del medio ambiente. Un buen ejemplo de
ello es el cobalto. Este es un mineral imprescindible para fabricar aparatos
tecnológicos (en cualquier parte del mundo). Un gran porcentaje se extrae de
las minas de la República Democrática del Congo. En este país se explota a los
niños como mano de obra barata y el dinero obtenido por la venta de ese mineral
se emplea en adquirir armas.
O sea que tanto la extracción
de materias primas, como la fabricación de partes y el montaje (que
generalmente provienen de China y los países sud asiáticos) son extremadamente
nocivos a nivel medioambiental. Esto dispara el riesgo de calentamiento global,
puesto que se genera una mayor cantidad de gases de efecto invernadero.
En definitiva, la producción
de baterías tiene un efecto catastrófico y de enorme magnitud. Y no solo de
índole medioambiental, sino también social. El problema es que la
contrapartida, que son los vehículos que queman combustibles fósiles,
representan una alternativa aún más nefasta. Y con una fecha de caducidad que
cada vez está más cerca. En 60 años se acabará el petróleo y 140 años después,
el carbón.
¿Y si me dejan ‘tirado’?
Los conductores temen que sus
coches eléctricos se queden sin batería y los dejen en la calle. Pero este es
un argumento que cada día pierde más validez. Más allá de que cada año los
vehículos eléctricos ofrecen mayores niveles de autonomía, en ciudad la mayoría
de los conductores europeos apenas recorre de 30 a 50 kilómetros diarios. Una
carga completa debería durarles casi toda una semana.
Los puntos de recarga
proliferan. Eso implica que en caso de trayectos largos es posible detenerse
(como indica la ley) para hacer descansos y recargar las baterías. Casi la
misma situación que les toca a los que tienen vehículos contaminantes y
dependen de recargar combustible. Y si bien por ahora los tiempos de recarga
son mayores, eso también está cambiando.
¿Los coches eléctricos son
realmente ecológicos? Otro tema relacionado es el frío. La cuestión de que los
coches eléctricos tengan un consumo excesivo cuando hace frío se debate entre
los expertos. Y la realidad de los vehículos de combustión interna es que en
estas situaciones también consumen más. En un atasco con nieve ambos tipos de
vehículos deberán mantener el motor en marcha para hacer funcionar la
calefacción.
Tomado de: https://www.ecoticias.com/movilidad-electrica/los-coches-electricos-son-realmente-ecologicos
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