Juan Lozano
Las graves denuncias de la
exesposa de Nicolás Petro y seis tempestades sacuden duro al Gobierno.
Primera. La tempestad del asesinato y
secuestro de 70 policías. Después de que matan un policía y secuestran 70 más,
lo que se esperaba es que se llamaran las cosas por su nombre y sin eufemismos.
No es ningún cerco humanitario. Es un secuestro múltiple. No se pueden seguir
tolerando afrentas y delitos contra nuestra Fuerza Pública, herida en su
dignidad y en la moral de la tropa, a partir de mensajes que alientan a los
violentos a seguir atentando contra nuestros soldados y policías.
Segunda. La tempestad del
gabinete. A juzgar por un trino del propio Presidente, el primer y temprano
remezón ministerial terminó con una advertencia/constancia. A los ministros
solo se les exigen lealtad (¿vainazo para Alejandro Gaviria?), resultados
(¿vainazo para Patricia Ariza?) y cero corrupciones (¿vainazo para María Isabel
Urrutia?). Aunque Petro está en todo su derecho de cambiar sus ministros cuando
lo considere conveniente, es innegable que la nómina ministerial quedó
lesionada.
Tercera. La tempestad de las
facultades. Desde el
Consejo de Estado le dijeron clarito al Presidente que sus facultades se deben
respetar, pero que estas no pueden transgredir linderos constitucionales. Esta
decisión, por diversas poleas de transmisión, aterriza en la pista del Plan de
Desarrollo, que está cargado de solicitudes amplias de facultades para el
Presidente que quedan bajo la lupa tras esta advertencia, aunque corresponda a
la Corte Constitucional su estudio.
Cuarta. La tempestad de las
leyes inconstitucionales. Entre las mayorías parlamentarias y los gobiernos de
turno sacaban pupitreadas leyes inconstitucionales (como algunos proyectos que
están en trámite) que el Presidente sancionaba para que surtieran efectos
mientras la Corte las tumbaba. Espantoso. Por ejemplo, en materia tributaria o
penal. La Corte
Constitucional acaba de notificar que procederá a suspender leyes
inconstitucionales cuando sea necesario, mientras se adoptan decisiones de
fondo.
Quinta. La tempestad del
incesto. Camuflar la normalización del incesto (y la inasistencia alimentaria),
en clara vulneración constitucional de los derechos de los niños en un proyecto
de ley, hace que crezcan las voces de repudio ético, jurídico y político contra
una iniciativa que supuestamente buscaba resolver una orden de la Corte. Con
toda razón, un grupo grande de parlamentarios y el presidente de la comisión
están pidiendo que se retire el mensaje de urgencia de este adefesio para
poderlo corregir y aprobar algo aceptable.
Sexta. La tempestad de la
coalición. Los amigos circunstanciales sacan rapidito las uñas, pues no están
comprometidos por convicción sino por los beneficios que se derivan de una
alianza transitoria. Cuando
se trata de la política, la permanencia de una coalición depende de que a los
coaligados les vaya mejor adentro que afuera. Ya Petro está notificado.
Sus mayorías parlamentarias dependerán de que acepte modificaciones en la
reforma de la salud y en su agenda legislativa. Además, las grietas del partido
de gobierno le pasan la factura de cobro a la Casa de Nariño, a la que ahora le
toca lidiar no solo con los opositores, sino con los propios “amigos”.
Y el terremoto de Nicolás, salpicado y denunciado por su exmujer por
acusaciones que rondan por los terrenos del narco, del tráfico de influencias,
de la corrupción, del lavado de activos, de todo lo pestilente, ilegal y
maluco. Sus alcances se extienden a la campaña presidencial, la paz total (ojo
con Juan Fernando Petro) y al Gobierno en su conjunto. El
Fiscal y la Fiscalía tienen la palabra. Esto apenas comienza.
El Presidente de la República
enfrenta el momento más complejo de su gobierno. Ojalá lo resuelva a partir de
una reflexión constructiva para ajustar tuercas y enderezar el camino, dentro
del marco del Estado de derecho y la separación de poderes. Aún está a tiempo
de gobernar para todos y por el bien de todos. Ya veremos
Tomado de: https://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/juan-lozano/columna-de-juan-lozano-6-tempestades-y-un-terremoto-747426
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