Nancy Patricia Gutiérrez
El pronóstico es reservado
desde la discusión inicial de si la ley fuese estatutaria u ordinaria.
Escritos, discusiones y
millones de conversaciones se dan en torno al proyecto de ley de
‘transformación’ del sector salud, radicado por el Gobierno nacional, porque ya
entendió la gente que se trata de regresar al pasado.
Los mayores de cuarenta años
advierten las consecuencias –porque las vivimos– de volver al modelo del
Instituto de Seguro Social, creado con la justificación de que el Estado debe
ser el único prestador de servicios de salud, que no logró administrar los
recursos porque se quedó inmiscuido en corrupción, politiquería, ineficiencia y
desgreño.
También se toma como ejemplo a la EPS Capital Salud, controlada por la Alcaldía de Bogotá, que para 2015 dejó un altísimo déficit con desbordado gasto en contratación de personal dedicado a empadronar a la gente.
O el caso de Convida EPS, de
la Gobernación de Cundinamarca, liquidada por la Superintendencia de Salud
porque en los últimos siete años no se capitalizó de manera que garantizara el
flujo de los recursos necesarios para atender a sus usuarios y, por la alta
siniestralidad derivada de malos manejos y la politiquería departamental, que
tiene a los hospitales públicos en la quiebra y a los pacientes dando vueltas
para su atención.
Las alarmas llevaron a que los
partidos políticos diferentes al Pacto Histórico, con asiento en el Congreso,
asumieran posiciones de cara a proteger los derechos a la vida y a la
protección social: el Centro Democrático radicó su proyecto ‘Medidas para
mejorar y fortalecer el sistema’ y Cambio Radical, ‘Disposiciones para ajustar
y fortalecer el sistema’.
El trámite no será fácil,
porque al mensaje de urgencia que solicitó el Gobierno le surgió la necesidad
de acumular los otros proyectos.
El pronóstico es reservado
desde la discusión inicial del estatus de si la ley fuese estatutaria u
ordinaria, y la forma como se resolvió con injerencia del Gobierno en contravía
de lo reglado ante la apelación presentada por varios congresistas; ya se
advierte que si se aprueba, será demandada ante la Corte Constitucional, ente
que podrá suspender su ejecución de manera preventiva mientras se estudia su
constitucionalidad.
Sin embargo, el Gobierno tiene
su carta marcada en los artículos 123 y 125 del Plan Nacional de Desarrollo
(PND). En ellos se asegura la transformación del sistema, aun si la reforma se
hunde en el Congreso o la Corte la declara inconstitucional.
El PND, que deberá ser aprobado
antes del 7 de mayo, o de lo contrario será adoptado por decreto, prevé que la
Administradora de los Recursos del Sistema General de Salud (Adres) realice
todos los giros directamente a las instituciones prestadoras de servicios y a
proveedores. Es decir, acaba con las EPS.
Adicionalmente busca que esta
sea como una central de inteligencia que concentra la totalidad de la
información de las personas que están en el territorio colombiano, pues tendrá
acceso gratuito a las bases de datos y archivos de la Registraduría, cámaras de
comercio, fondos de pensiones, Migración Colombia, Dian, Ministerio de
Transporte, Registro Único Nacional de Tránsito (Runt).
Es decir, la reforma va porque
va. O por las comisiones séptimas, o por las terceras y cuartas. Ojalá la
oferta de gerencias regionales de la Adres no nuble el pensamiento ni oriente
el voto de los congresistas. El modelo implicará un poder paralelo a las
gobernaciones, porque tendrán la información de todos los habitantes del
territorio asignado, definirán la contratación y pago de servicios de centros
de atención e IPS públicas y privadas.
La propuesta del Plan de
Desarrollo es riesgosa. Plata e información en manos del Gobierno que impone su
ideología estatista con desprecio por la inversión privada, no cree en la
prioridad del crecimiento económico, considera que las transferencias
monetarias son más importantes que el impulso a la formación y a la
productividad y que argumenta que cuatro años son pocos para el cambio.
La alternativa es la fuerza
ciudadana dispuesta a hacerse sentir desde la calle.
Tomado de: https://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/nancy-patricia-gutierrez/columna-de-nancy-patricia-gutierrez-la-reforma-va-porque-va-747440
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