lunes, 6 de marzo de 2023

La reforma va porque va

 

Nancy Patricia Gutiérrez

El pronóstico es reservado desde la discusión inicial de si la ley fuese estatutaria u ordinaria.

Escritos, discusiones y millones de conversaciones se dan en torno al proyecto de ley de ‘transformación’ del sector salud, radicado por el Gobierno nacional, porque ya entendió la gente que se trata de regresar al pasado.

Los mayores de cuarenta años advierten las consecuencias –porque las vivimos– de volver al modelo del Instituto de Seguro Social, creado con la justificación de que el Estado debe ser el único prestador de servicios de salud, que no logró administrar los recursos porque se quedó inmiscuido en corrupción, politiquería, ineficiencia y desgreño.

También se toma como ejemplo a la EPS Capital Salud, controlada por la Alcaldía de Bogotá, que para 2015 dejó un altísimo déficit con desbordado gasto en contratación de personal dedicado a empadronar a la gente.

O el caso de Convida EPS, de la Gobernación de Cundinamarca, liquidada por la Superintendencia de Salud porque en los últimos siete años no se capitalizó de manera que garantizara el flujo de los recursos necesarios para atender a sus usuarios y, por la alta siniestralidad derivada de malos manejos y la politiquería departamental, que tiene a los hospitales públicos en la quiebra y a los pacientes dando vueltas para su atención.

Las alarmas llevaron a que los partidos políticos diferentes al Pacto Histórico, con asiento en el Congreso, asumieran posiciones de cara a proteger los derechos a la vida y a la protección social: el Centro Democrático radicó su proyecto ‘Medidas para mejorar y fortalecer el sistema’ y Cambio Radical, ‘Disposiciones para ajustar y fortalecer el sistema’.

El trámite no será fácil, porque al mensaje de urgencia que solicitó el Gobierno le surgió la necesidad de acumular los otros proyectos.

El pronóstico es reservado desde la discusión inicial del estatus de si la ley fuese estatutaria u ordinaria, y la forma como se resolvió con injerencia del Gobierno en contravía de lo reglado ante la apelación presentada por varios congresistas; ya se advierte que si se aprueba, será demandada ante la Corte Constitucional, ente que podrá suspender su ejecución de manera preventiva mientras se estudia su constitucionalidad.

Sin embargo, el Gobierno tiene su carta marcada en los artículos 123 y 125 del Plan Nacional de Desarrollo (PND). En ellos se asegura la transformación del sistema, aun si la reforma se hunde en el Congreso o la Corte la declara inconstitucional.

El PND, que deberá ser aprobado antes del 7 de mayo, o de lo contrario será adoptado por decreto, prevé que la Administradora de los Recursos del Sistema General de Salud (Adres) realice todos los giros directamente a las instituciones prestadoras de servicios y a proveedores. Es decir, acaba con las EPS.

Adicionalmente busca que esta sea como una central de inteligencia que concentra la totalidad de la información de las personas que están en el territorio colombiano, pues tendrá acceso gratuito a las bases de datos y archivos de la Registraduría, cámaras de comercio, fondos de pensiones, Migración Colombia, Dian, Ministerio de Transporte, Registro Único Nacional de Tránsito (Runt).

Es decir, la reforma va porque va. O por las comisiones séptimas, o por las terceras y cuartas. Ojalá la oferta de gerencias regionales de la Adres no nuble el pensamiento ni oriente el voto de los congresistas. El modelo implicará un poder paralelo a las gobernaciones, porque tendrán la información de todos los habitantes del territorio asignado, definirán la contratación y pago de servicios de centros de atención e IPS públicas y privadas.

La propuesta del Plan de Desarrollo es riesgosa. Plata e información en manos del Gobierno que impone su ideología estatista con desprecio por la inversión privada, no cree en la prioridad del crecimiento económico, considera que las transferencias monetarias son más importantes que el impulso a la formación y a la productividad y que argumenta que cuatro años son pocos para el cambio.

La alternativa es la fuerza ciudadana dispuesta a hacerse sentir desde la calle.

Tomado de: https://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/nancy-patricia-gutierrez/columna-de-nancy-patricia-gutierrez-la-reforma-va-porque-va-747440


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