Juan Lozano
Caiga quien caiga, los dos
procesos deben ir hasta el fondo.
Amores contrariados, pujas de
poder, aportes clandestinos, cachos, corazones rotos, compra de votos, mujeres
bonitas, lujos, clanes familiares a la izquierda, en el centro y a la derecha,
contratistas del Estado, corrupción y dinero en efectivo circulando
profusamente y sin control rondan por estos dos gigantescos escándalos que
estremecen la política colombiana.
Si no fuera por las graves
implicaciones que tienen para la vida nacional, estaríamos sentados en la
primera fila de dos culebrones de telenovela o de una serie taquillera donde la
ambición de poder político y económico y las tempestades de pasiones tocan a
poderosos protagonistas de la vida de un país. Pero no. No se pueden banalizar,
trivializar, ni normalizar.
La asfixiante corrupción que
devora a Colombia en muy buena medida se origina en el tortuoso y pestilente camino
para alcanzar el poder que tantos recorren con tal de conseguir los votos que
compran, o los que luego pagan con pedazos del Estado, con decisiones de
gobierno, con leyes acomodadas, con beneficios para los aportantes, con cuotas
de poder o con contratos envenenados en desmedro, todo ello, del pobre
ciudadano de a pie.
Así es. Los paganinis de todo
esto somos los ciudadanos. Si fueran unas simples historias de cama, de
traiciones y negocios privados lejos del código penal, nadie tendría por qué
meterse en la vida de alcoba de los protagonistas. Aquí la cosa es distinta. En
el centro de todo está el poder del Estado y por ende el bien común que tantas
veces cede ante los compromisos de las campañas para llegar al poder. Esos
votos malditos los giran contra nuestro bienestar.
Por eso, los dos procesos, con
las garantías aplicables, deben avanzar hasta el fondo, sin titubeos, sin
vacilaciones, caiga quien caiga, condenando a quienes haya que condenar,
absolviendo a quienes tengan que absolver, protegiendo las vidas de todos los implicados,
brindando todas las garantías procesales y buscando la verdad verdadera duélale
a quien le duela.
Ni la deportación de Aida (que
más pareció el desembarco de una ‘rock star’) puede llevar a que se pierda el
foco en el proceso de Nicolás, ni las prometidas revelaciones pendientes de Day
pueden bajarle la temperatura al caso de Aida.
Los procesos no pueden ser
excluyentes ni convertirse en recíprocas cortinas de humo. La verdadera
justicia integral no puede ser selectiva y los dos procesos, tanto en lo penal
como en lo disciplinario, se deben mover con celeridad, transparencia y
eficiencia.
Ojalá Aida no se escape por
segunda vez y Nicolás permanezca en Colombia colaborando con la justicia, tal
como se desprende del comunicado inicial del Presidente de la República cuando
supo destapar sus propias cartas así algunos digan que fue tarde, casi un mes
después de haberse enterado de los hechos.
Al Fiscal, en quien confío, le
quedan unos cuantos meses en el cargo, y tiene una oportunidad de oro para seguir
demostrando de qué está hecho. De su eficacia, firmeza, equilibrio e
imparcialidad dependerá en buena medida que la justicia recupere credibilidad y
podamos dar un salto cualitativo en la lucha contra la corrupción política.
Lo que nos tiene agobiados, en
el fondo, es que entre más se levantan los blablablás electoreros jurando
acabar con la corrupción y llenándose de adjetivos para acusar de corruptos a
los adversarios de ocasión, más arraigadas parecen las prácticas para alterar
el voto limpio y las elecciones libres.
Señores congresistas, señores del Gobierno, ya no deberían levantarse
más excusas para no prohibir el manejo de dinero en efectivo en las donaciones
y pagos de todas las campañas.
Colombia necesita superar para
siempre la compra de votos y enfrentar a quienes se benefician de esa práctica
ilegal. Este no es un tema menor. Ha quedado más que demostrado que es
estructural. Una reforma política como la que está en trámite que se abstenga
de hacer eso sería simplemente un engaño más.
Tomado de: https://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/juan-lozano/columna-de-juan-lozano-aida-y-nicolas-749591
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