Gustavo Petro aseguró que Donald Trump es “impredecible” y que podría romper el TLC - crédito Carlos Barria/Reuters y Joel González/Presidencia/Flickr
Tras
la crisis diplomática del 26 de enero entre el presidente de Colombia, Gustavo
Petro, y el presidente de EE. UU., Donald Trump, en X, y como una forma de
reducir su dependencia de Estados Unidos, Colombia está trabajando para
diversificar su economía, incluyendo el fortalecimiento de su relación con
China. Si bien este giro hacia China ya estaba en marcha, el reciente
enfrentamiento entre los mandatarios de Colombia y EE. UU., sumado a la
congelación de la ayuda extranjera, probablemente acelerará la inclinación de
Colombia hacia la superpotencia rival.
El
Enfoque de China en América Latina
Las
intenciones de China en la región son claras: busca aumentar su influencia en
América Latina en los ámbitos geopolítico, diplomático y económico. Mientras
que los presidentes de EE. UU. han realizado nueve viajes a América Latina en
los últimos 12 años, el presidente Xi ha visitado 13 países en ese mismo
período. Una de las prioridades de China ha sido aislar a Taiwán y
contrarrestar la influencia de EE. UU. en el Indo-Pacífico. Para 2023, siete de
los trece gobiernos que mantenían relaciones con Taiwán estaban en América
Latina y el Caribe, aunque ese número ha disminuido constantemente. El Salvador
rompió sus enlaces con Taiwán en 2018, seguido de Nicaragua en 2021 y Honduras
en 2023.
China
también desempeña un papel clave en el comercio regional. Es el mayor socio
comercial de Brasil, Chile, Perú y Uruguay, y ocupa el segundo lugar para
varios otros países. En las últimas dos décadas, el comercio entre China y
América Latina pasó de aproximadamente 18.000 millones de dólares en 2002 a más
de 500.000 millones de dólares en 2022. Para 2024, 21 de los 33 países de
América Latina y el Caribe se habían unido a la Iniciativa de la Franja y la
Ruta (BRI en inglés), también conocida como la Nueva Ruta de la Seda. A través
de este programa, China busca establecer nuevas rutas comerciales y fortalecer
la interdependencia de los países miembros con su economía.
En
la última década, China también ha incrementado su financiamiento en la región.
Los principales receptores de financiamiento chino en América Latina, en orden
descendente, son Venezuela, Brasil, Ecuador y Argentina. Además, China es
miembro donante del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), tiene estatus de
observador en la Organización de los Estados Americanos (OEA) y participa
activamente en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), en
la que EE. UU. y Canadá no forman parte.
En
general, los países latinoamericanos han preferido no elegir entre China y EE. UU.,
sino diversificar sus economías y asegurar préstamos con menos condiciones
ambientales y de otro tipo impuestas por EE. UU. China dice que no interferirá
en la gobernanza, asuntos internos o soberanía, lo que ha llevado a algunos
líderes de la región a ver con buenos ojos esta falta de escrutinio. En
consecuencia, colabora con los regímenes de Venezuela y Cuba, con gobiernos de
izquierda como Brasil y Colombia, con gobiernos de derecha como Argentina y El
Salvador, y con todos los matices intermedios. El interés principal del Partido
Comunista Chino es asegurar materias primas, minerales estratégicos, productos
agrícolas y expandir mercados para su tecnología en la región. También busca
mantener el poder, lo que requiere altas tasas de crecimiento económico para
alcanzar su objetivo de crear el “sueño chino”, centrado en la seguridad de la
clase media y en respaldar sus reclamos territoriales dentro de su perímetro.
El
Giro de Colombia Hacia China
Los
esfuerzos por incrementar la cooperación entre China y Colombia han estado en
marcha en los últimos años. En octubre de 2023, el presidente Petro visitó
Beijing para fortalecer los lazos bilaterales. Durante su visita, formalizó una
asociación estratégica que incluyó 12 instrumentos de cooperación o protocolos
para aumentar las exportaciones colombianas a China, incluyendo carne de res y
quinua. También se realizaron compromisos en los sectores científico,
tecnológico y de energía verde. Desde entonces, Colombia ha respaldado el
principio de “una sola China”, reconociendo a Taiwán como parte de China.
El
26 de enero, el presidente Petro se negó a aceptar un avión militar
estadounidense que transportaba nacionales colombianos y denunció públicamente
el «trato inhumano» contra los migrantes retornados. Esto provocó una rápida
escalada de tensiones, con la administración Trump amenazando en X con imponer
aranceles a Colombia y detener el procesamiento de visas en la embajada de EE. UU.,
mientras que Petro amenazó con imponer aranceles en represalia. Al final,
Colombia accedió a recibir vuelos de deportación y se evitó una guerra
comercial.
Tras
este conflicto público, las tácticas de Trump podrían estar alejando aún más a
Colombia de EE. UU. Ya vimos durante el primer mandato de Trump cómo su enfoque
confrontacional acercó a otros países de América Latina, como Perú, a China.
Durante ese período, Panamá, El Salvador y República Dominicana rompieron lazos
con Taiwán y reconocieron el principio de una sola China.
La
orden ejecutiva que suspende la asistencia exterior de EE.UU. generó aún más
descontento en Colombia. Fuentes en el país que han hablado con WOLA bajo
condición de anonimato tienen una visión diferente. Afirman que la suspensión
de ayuda es devastadora para los medios de comunicación independientes que
cubren la corrupción y las actividades de grupos armados ilegales, así como
para las organizaciones de la sociedad civil que trabajan en temas de paz,
derechos humanos, justicia y conservación ambiental. El apoyo vital para la
protección de líderes sociales—en el país que ocupa el primer lugar en el mundo
en asesinatos de defensores de derechos humanos, ambientales y de tierras—está
en pausa. Los más afectados son las comunidades afrodescendientes, indígenas,
mujeres, jóvenes en riesgo de reclutamiento por actores ilegales en zonas
rurales afectadas por el conflicto armado interno, y comunidades urbanas
dominadas por grupos criminales. Además, ya está impactando a millones de
personas, especialmente a migrantes y comunidades de acogida, que dependen de
la integración y los esfuerzos humanitarios financiados por EE. UU.
Colombia
es el principal aliado de EE. UU. en Sudamérica en materia de comercio y
cooperación en migración, lucha contra el narcotráfico y seguridad. El apoyo
estadounidense es crucial para la paz, la justicia, el desarrollo económico y
la respuesta a las crisis humanitarias y migratorias. Si las confrontaciones
continúan y la asistencia de EE. UU. sigue congelada o es cancelada, EE. UU.
perderá influencia en Colombia, empujándola directamente hacia los brazos de
China.
Si
bien China probablemente no podrá llenar el vacío dejado por la suspensión de
la cooperación de USAID en Colombia, sigue siendo un socio atractivo para
proyectos de infraestructura y desarrollo económico. La apertura de una ruta
comercial marítima entre Buenaventura (el puerto más grande de Colombia y el
más importante para el comercio con EE. UU.) y Shanghái el 6 de febrero de
2025, junto con la posible adhesión de Colombia a la BRI, son solo los primeros
pasos.
Tomado
de: https://www.wola.org/es/analysis/ee-uu-empuja-a-su-historica-aliada-en-sudamerica-hacia-china/
NOTA:
PETRO LANZÓ PULLA RETADORA CONTRA DONALD TRUMP AL
RECORDAR CRISIS DIPLOMÁTICA: “YO DIJE: ‘PUES, HÁGALO’”
Tomado de: https://www.infobae.com/colombia/2025/02/20/petro-lanzo-pulla-retadora-contra-donald-trump-al-recordar-crisis-diplomatica-yo-dije-pues-hagalo/
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