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por Semana
Cero y van dos; así es. En los últimos seis
años ha habido dos golpes de Estado en Colombia. El primero, ejecutado por
Santos, quien es el causante de la lamentable situación en que está inmerso hoy
el país, cuando, para entregar poder político a las Farc y ofrecerles impunidad
a los crímenes de lesa humanidad cometidos por sus cabecillas, se pasó por la
faja la voluntad del pueblo colombiano frente al plebiscito y nadie hizo nada
al respecto. ¿Tenía comprado al Congreso? ¿A las Cortes? ¿Qué papel jugó el
famoso premio nobel?
El segundo golpe de Estado lo acaba de dar
Petro contra el Poder Judicial, cuando sin ponerse colorado y después de haber
sido ilustrado entre otros por la procuradora y el fiscal generales de que su
decisión de liberar delincuentes capturados por las autoridades no es viable
jurídicamente, obrando como el mejor dictador del siglo XXI decidió que siete
de estos van a ser considerados como voceros de paz. Esta decisión corrobora
que ser pillo paga y que el régimen dictatorial de Petro está en plena marcha y
actúa como una aplanadora.
Aunque algunas voces hacen sentir públicamente
su inconformidad con las decisiones del Gobierno Petro, son más los que
callando otorgan fuerza al poder ejecutivo para que haga lo que le parezca, sin
tener en cuenta las leyes y los derechos de los colombianos. Los congresistas que
se han vendido por un plato de lentejas o por una untada de mermelada le están
haciendo un daño irreparable a la democracia; ya se acabó la política
partidista, ahora solo hay intereses personales y no de bienestar y desarrollo
del país. Se requiere que las Cortes abran procesos contra estos políticos por
engañar al pueblo para hacerse elegir y no cumplir las promesas.
Pero la cereza del postre la coloca el ministro
Osuna quien impacta por su cinismo tratando de justificar las decisiones
ilegales de Petro frente a la primera línea y haciendo creer que quienes serán
liberados son mansas palomas y líderes juveniles de organizaciones sociales y
humanitarias. ¿Cree este ministro que Colombia se traga todo entero? ¿No haga
tanto esfuerzo?
No es fácil comprender la apatía de muchos
colombianos cuando Petro y sus huestes nos están enterrando la espada del
comunismo utilizando un juego de palabras para que el impacto no sea brutal e
intempestivo, pues bajo la dialéctica que emplean ya no se tiene comunismo sino
socialismo del siglo XXI o se habla del progresismo, para hacer creer que esta
tendencia ideológica busca el bien del país, o se trata de vender la idea de
una falsa protesta social cuando esta fue impulsada por Bolívar y sus afines.
‘Mamola’, decía el senador Horacio Serpa; nos están llevando al cadalso y nadie
hace nada para impedirlo. ¿Qué nos pasa, Colombia?
Las elecciones del 2023 son definitivas para
que la izquierda se apodere totalmente del país y Petro ya se ha adelantado a
asegurar los votos con el dinero de los contribuyentes a los cuales la reforma
tributaria va a exprimir en los próximos años. Entregarán un millón de pesos
mensualmente a 100.000 personas para que sean voceros de paz, pero lo que
realmente están buscando es asegurar por lo menos uno o dos millones de votos
por parte de quienes son beneficiarios de esta estrategia, pero además le
servirá para conformar las milicias urbanas con un número de integrantes
similar a los que tiene la Policía Nacional.
Esta estrategia maquiavélica transformará en
zánganos a quienes no quieren trabajar, se dejará de abrir más empleos en las
empresas, posiblemente se incrementará el capital del narco comunismo por el
incremento en la venta de sustancias prohibidas y habrá más personas
deambulando por las calles afectando la seguridad. La iniciativa del colombiano
se debilitará y sucederá lo mismo que hemos visto en Venezuela, Cuba y
Nicaragua, por citar algunos casos; países donde los derechos humanos y las
libertades están totalmente a discreción del dictador de turno.
Señor Petro, para gobernar a Colombia no
implica que debe destruirla para después construir sobre las cenizas, así como
no debe insertar odio en la sociedad. Oriente sus programas para generar
empleo, no para apuntalarse en la presidencia.
Tomado de: https://www.msn.com/es-co/noticias/opinion/golpe-de-estado/ar-AA15tIVi?ocid=msedgntp&cvid=ad06750a2cdc4c4e945e10caceed2e6e
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