La aterradora historia de un hombre que estuvo en coma y dijo haber ido al infierno: “Se queman”
¿Qué hay en el más allá?,
¿existe un espacio o limbo entre el cielo y el infierno después de la muerte?
Estos son solo dos de los cuestionamientos en torno a lo que pasa cuando el
cuerpo pierde su funcionalidad. Religiones, como la católica, tienen su
respuesta: un contundente sí, cuyo argumento es que, tras el fallecimiento, a
la persona se le tomarán cuentas por sus acciones en la Tierra.
Según este credo, en medio del
lugar al que van las almas justas y el otro extremo, que alberga a quienes en
vida no se arrepintieron de sus pecados, está el purgatorio. La cadena de radio
COPE –propiedad de la Conferencia Episcopal Española— lo define como el espacio
en el que algunas personas necesitan estar, para quedar “limpias” y trascender.
Se desconoce si el sujeto continúa o no con vida (imagen de referencia).
En medio de la incertidumbre
hay discusiones entre quienes se aferran a que hay vida después de la muerte y
otros para los que esa creencia no tiene cabida. Uno de ellos es el docente
estadounidense Sean Carroll, quien se ampara en la física cuántica. “No hay
manera, en esas leyes, de permitir que la información almacenada en el cerebro
persista después de que muera”, afirma, según reseñó El Confidencial.
El ‘extraño’ caso de Clifford
Hoyt
En la década de los noventa,
un hombre en Maryland, Estados Unidos, sufrió un accidente del que nunca se
volvió a ser el mismo. Su caso ha inquietado tanto a testigos presenciales de
su comportamiento como a psiquiatras quienes, en general, suelen ser escépticos
ante la conducta humana y lo calificado como paranormal.
Su nombre es Clifford Hoyt. El
norteamericano aseguró que tras el siniestro vial (del que terminó un tiempo en
coma), fue al infierno y empezó a ser hostigado por almas en pena. En
principio, los doctores creyeron que su relato no aludía sino a efectos
secundarios de los medicamentos o resultado del impacto en su cabeza.
Uno de los profesionales que
lo atendió habría pasado una noche en la habitación contigua, y escuchado
ruidos que le pusieron los pelos de punta. De su relato, Crónica recogió que
“se oyó una risa. Una mezcla entre una carcajada y gruñido que ningún hombre en
esta Tierra podría replicar. Pero cuando abrí la puerta, Clifford se encontraba
solo”.
El comienzo de la ‘pesadilla’
Todo se remonta al 5 de
diciembre de 1999, cuando el hombre de 31 años sufrió varios traumatismos pero,
pese a ello, logró sobrevivir para contar su historia (cargada de detalles
inquietantes). Según informó Crónica, el individuo se las arregló para arrastrarse
unos metros y quedar tendido en la carretera antes de perder la consciencia.
Un conductor vio la escena y
fue quien llamó a la línea de emergencia. Las lesiones que tuvo Hoyt tras el
accidente sentaron la posibilidad de que no sobreviviera y, aunque lo
consiguió, los episodios que relató y fueron escuchados por miembros del
hospital causaron más que estupefacción.
Según Crónica, el ambiente era
‘aterrador’ por los golpes en las paredes, gritos de desespero, lamentos y
apariencia de aflicción. Incluso, en uno de esos episodios, supuestamente sus
ojos parecían salir de las órbitas, mientras se mantenía en haber visitado el
infierno y percibir cómo unos brazos no dejaban de perseguirlo. En medio de su
supuesto paso por el inframundo, afirmó haber sido torturado y experimentado
olores nauseabundos.
Cuando fue dado de alta,
después de que presentó una mejoría, sus allegados creyeron que todo volvería a
la normalidad, nada más alejado de la realidad.
Una vez en casa, los vecinos
empezaron a reclamar por los constantes golpes y una música que no cesaba. En
su justificación, Clifford Hoyt dijo que esa era la única manera de mantener
alejados los espíritus. A ello se sumaba un bloque de hielo al que se sujetaba
para aplacar el insoportable calor del infierno.
¿Qué sucedió con el hombre?
Crónica informa que hay varias teorías al respecto. En una de estas, el
estadounidense todavía vive, fue internado en un centro psiquiátrico (tras los
episodios iniciales) y, con el tiempo, cambiado de lugar. Otra hipótesis se
mantiene en que murió semanas después de ser internado.
Tomado de: https://www.msn.com/es-co/noticias/mundo/la-aterradora-historia-de-un-hombre-que-estuvo-en-coma-y-dijo-haber-ido-al-infierno-se-queman/ar-AA1b7q4X?ocid=msedgntp&cvid=200f62756b3d42a8ab10dc60ada78f4b&ei=31
¿Qué hay en el más allá?, ¿existe un espacio o limbo entre el cielo y el infierno después de la muerte? Estos son solo dos de los cuestionamientos en torno a lo que pasa cuando el cuerpo pierde su funcionalidad. Religiones, como la católica, tienen su respuesta: un contundente sí, cuyo argumento es que, tras el fallecimiento, a la persona se le tomarán cuentas por sus acciones en la Tierra.
En medio de la incertidumbre hay discusiones entre quienes se aferran a que hay vida después de la muerte y otros para los que esa creencia no tiene cabida. Uno de ellos es el docente estadounidense Sean Carroll, quien se ampara en la física cuántica. “No hay manera, en esas leyes, de permitir que la información almacenada en el cerebro persista después de que muera”, afirma, según reseñó El Confidencial.
El ‘extraño’ caso de Clifford Hoyt
En la década de los noventa, un hombre en Maryland, Estados Unidos, sufrió un accidente del que nunca se volvió a ser el mismo. Su caso ha inquietado tanto a testigos presenciales de su comportamiento como a psiquiatras quienes, en general, suelen ser escépticos ante la conducta humana y lo calificado como paranormal.
Su nombre es Clifford Hoyt. El norteamericano aseguró que tras el siniestro vial (del que terminó un tiempo en coma), fue al infierno y empezó a ser hostigado por almas en pena. En principio, los doctores creyeron que su relato no aludía sino a efectos secundarios de los medicamentos o resultado del impacto en su cabeza.
La aterradora historia de un hombre que estuvo en coma y dijo haber ido al infierno: “Se queman”
Ayer a las 2:29 p. m.
¿Qué hay en el más allá?, ¿existe un espacio o limbo entre el cielo y el infierno después de la muerte? Estos son solo dos de los cuestionamientos en torno a lo que pasa cuando el cuerpo pierde su funcionalidad. Religiones, como la católica, tienen su respuesta: un contundente sí, cuyo argumento es que, tras el fallecimiento, a la persona se le tomarán cuentas por sus acciones en la Tierra.
En medio de la incertidumbre hay discusiones entre quienes se aferran a que hay vida después de la muerte y otros para los que esa creencia no tiene cabida. Uno de ellos es el docente estadounidense Sean Carroll, quien se ampara en la física cuántica. “No hay manera, en esas leyes, de permitir que la información almacenada en el cerebro persista después de que muera”, afirma, según reseñó El Confidencial.
El ‘extraño’ caso de Clifford Hoyt
En la década de los noventa, un hombre en Maryland, Estados Unidos, sufrió un accidente del que nunca se volvió a ser el mismo. Su caso ha inquietado tanto a testigos presenciales de su comportamiento como a psiquiatras quienes, en general, suelen ser escépticos ante la conducta humana y lo calificado como paranormal.
Su nombre es Clifford Hoyt. El norteamericano aseguró que tras el siniestro vial (del que terminó un tiempo en coma), fue al infierno y empezó a ser hostigado por almas en pena. En principio, los doctores creyeron que su relato no aludía sino a efectos secundarios de los medicamentos o resultado del impacto en su cabeza.
La aterradora historia de un hombre que estuvo en coma y dijo haber ido al infierno: “Se queman”
Ayer a las 2:29 p. m.
¿Qué hay en el más allá?, ¿existe un espacio o limbo entre el cielo y el infierno después de la muerte? Estos son solo dos de los cuestionamientos en torno a lo que pasa cuando el cuerpo pierde su funcionalidad. Religiones, como la católica, tienen su respuesta: un contundente sí, cuyo argumento es que, tras el fallecimiento, a la persona se le tomarán cuentas por sus acciones en la Tierra.
En medio de la incertidumbre hay discusiones entre quienes se aferran a que hay vida después de la muerte y otros para los que esa creencia no tiene cabida. Uno de ellos es el docente estadounidense Sean Carroll, quien se ampara en la física cuántica. “No hay manera, en esas leyes, de permitir que la información almacenada en el cerebro persista después de que muera”, afirma, según reseñó El Confidencial.
El ‘extraño’ caso de Clifford Hoyt
En la década de los noventa, un hombre en Maryland, Estados Unidos, sufrió un accidente del que nunca se volvió a ser el mismo. Su caso ha inquietado tanto a testigos presenciales de su comportamiento como a psiquiatras quienes, en general, suelen ser escépticos ante la conducta humana y lo calificado como paranormal.
Su nombre es Clifford Hoyt. El norteamericano aseguró que tras el siniestro vial (del que terminó un tiempo en coma), fue al infierno y empezó a ser hostigado por almas en pena. En principio, los doctores creyeron que su relato no aludía sino a efectos secundarios de los medicamentos o resultado del impacto en su cabeza.
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