En el norte de Nariño la preocupación es tan latente que muchos ciudadanos han empezado a movilizarse de sus lugares de origen.
La alerta está encendida en casi todos los rincones de
Colombia. Desde Caquetá hasta La Guajira hay amenaza de conflictos armados que
podrían superar en impacto social y asesinatos lo que viene ocurriendo en el
Catatumbo.
En el epicentro de este conflicto están el ELN, el Clan
del Golfo, las disidencias de las Farc y otras bandas criminales, que han
desencadenado un ciclo de violencia que afecta a miles de colombianos,
especialmente en regiones como Catatumbo, Nariño, Caquetá, Antioquia, Bolívar y
Cauca. Si bien los medios de comunicación del país están focalizados en los
acontecimientos recientes en el Catatumbo, el panorama de guerra se extiende a
otras zonas donde los ciudadanos se ven atrapados entre el fuego cruzado de los
actores armados.
Nariño, un temor latente
A pesar de la atención que el Catatumbo ha recibido, otro
foco de violencia está tomando fuerza en el sur del país, particularmente en la
subregión La Cordillera, en Nariño. Municipios como Cumbitara, Policarpa y
Samaniego enfrentan una creciente preocupación ante las amenazas del ELN. La
cúpula central de este grupo armado ha jurado exterminar a todos los miembros
del frente Comuneros del Sur, que anteriormente pertenecía a sus filas, pero
que decidió desertar para participar en un proceso de paz con la Gobernación de
ese departamento.
La situación en Nariño es aún más alarmante por la
posible alianza entre el ELN y la Segunda Marquetalia de Iván Márquez, que, de
materializarse, podría llevar a la región a un nivel de violencia similar al
del Catatumbo. Además, el frente Franco Benavides, vinculado a las disidencias
de Iván Mordisco, podría verse atrapado en este enfrentamiento.
Claudia Cabrera, exalcaldesa de Policarpa, quien ha sido
una voz importante en la defensa de los derechos humanos en la región, expresó
su preocupación por la falta de medidas de protección para las comunidades
afectadas. Según ella, aunque Nariño avanza en un proceso de negociación con el
grupo de los Comuneros del Sur, la ausencia de esquemas de seguridad y
protocolos adecuados ponen en riesgo la integridad de los civiles.
Mientras tanto, en Caquetá, otra región del país, la
violencia también ha alcanzado niveles alarmantes. El pasado 4 de diciembre,
una matanza de al menos 40 miembros de las disidencias de las Farc en la zona
limítrofe con Putumayo sacudió a esa zona. Los combates entre las disidencias
de Iván Mordisco y el frente Calarcá han generado una situación de
desplazamiento masivo, con miles de personas huyendo de los enfrentamientos.
El sur de Bolívar también enfrenta una situación crítica
debido a los enfrentamientos entre el ELN y otros grupos armados ilegales. La
región es clave para el narcotráfico, y la lucha por el control de los
territorios con cultivos ilícitos es el principal motor de los combates. La
violencia ha desplazado a miles de personas y ha dejado un saldo de víctimas
entre las comunidades más empobrecidas, que ven cómo su seguridad y su
bienestar se desmoronan ante la presencia de estos grupos.
En el Cauca, la situación es igual de preocupante. Las
disidencias de las Farc, que durante años operaron en la región, se han
fragmentado, dando paso a la creación de decenas de nuevos grupos armados. Uno
de ellos es el frente Yair Bermúdez, que busca desmantelar a la columna
Dagoberto Ramos, otro de los grupos disidentes que delinque en municipios como
Toribío, Corinto y Caloto. En estos territorios, los combates son casi diarios
y las comunidades viven en una constante sensación de peligro.
Uno de los factores que agrava esta situación es lo que
ocurre con las Fuerzas militares y de Policía, que no cuentan con los recursos
suficientes para hacer frente a la creciente amenaza de los grupos armados
ilegales. La falta de recursos no solo limita la capacidad de respuesta frente
a estos actores, sino que también pone en riesgo la seguridad de la población
civil, que se ve expuesta a los constantes enfrentamientos.
El panorama de violencia que atraviesa Colombia es cada
vez más complejo y preocupante. Con la desfinanciación de las Fuerzas Militares
y la proliferación de grupos armados ilegales, el país se enfrenta a uno de los
periodos más difíciles de su historia reciente.
Tomado de: https://www.msn.com/es-co/noticias/nacional/soplan-vientos-de-guerra-en-el-pa%C3%ADs-no-es-solo-en-el-catatumbo-estas-son-las-regiones-donde-hay-riesgos-de-masacres-y-desplazamientos/ar-AA1xPHJg?ocid=msedgntp&pc=U531&cvid=26af7591cd3c4a77893e65eaac1e1e34&ei=7
NOTA:
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